La Federal Aviation Administration (FAA) de Estados Unidos, máxima autoridad en la aviación, ha emitido una directiva para que se aborden un problema potencial en los motores que propulsar el avión Boeing 777, derivado de una sustancia que podría reducir la vida útil de los componentes del compresor. Esto también afecta a los 787, a ciertos 737 Max y a varios modelos Neo del Airbus A320.
Esta instrucción, de obligado cumplimiento, indican que los aviones deben revisar sus motores General Electric Aerospace, como el GEnx y los CFM Leap.
La directiva exige que las aerolíneas reemplacen a la mayor brevedad ciertos componentes de los motores GE90, al haberse encontrado problemas en algunos de estos motores.
Los problemas son consecuencia de fallos en el proceso de fabricación, lo cual no necesariamente pueden ser un problema pero sí existe el riesgo de que deriven en grietas, causando averías y hasta caída de parte del motor.
Tanto GE Aerospace como Safran, los fabricantes de estos motores, han apoyado la medida ordenada por Estados Unidos, indicando que se pondrán en contacto con los afectados.
Tanto GE Aerospace como Safran, los fabricantes de estos motores, han apoyado la medida ordenada por Estados Unidos, indicando que se pondrán en contacto con los afectados.
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