Con sus aguas turquesas, sus legendarios sitios de buceo y su relajado ambiente caribeño holandés, Bonaire se ha convertido en uno de los destinos de escape de más rápido crecimiento de la región.
La citada demanda no ha mostrado signos de desaceleración durante el pasado agosto de 2025, cuando la isla recibió 14.435 visitantes de pernoctación, lo que significa un aumento del 15,6% con respecto de los datos de agosto de 2024.
Los datos, aún preliminares, han sido compartidos por la Corporación de Turismo de Bonaire.
De este modo, los Países Bajos se mantuvieron como el principal mercado emisor de la isla, con un 42,9 % del total de llegadas y hasta 6.192 visitantes.
Los Estados Unidos ha sido el segundo mercado más importante, marcando un 30,9% del tráfico y contabilizando 4.459 visitantes.
Curazao le siguió, con 1.856 visitantes, mientras que Alemania (285), Aruba (221), Bélgica (187), Colombia (131), Canadá (117), Brasil (85), Italia (76) y el Reino Unido (74) completaron los principales mercados.
Las vacaciones predominaron como el motivo de viaje a Bonaire, llegando hasta el 71,4%.
Korferry manifestó interés en activar una ruta en la región del estado, sin descartar un enlace con la isla de Curazao.
El sector naviero del estado Falcón ve favorable una reanudación de conexiones vía ferry con las islas de Aruba, Bonaire y Curazao (ABC).
El empresario naviero, Juan Díaz, aseguró que de darse el intercambio comercial, sería positivo para la entidad.
"Retomar la conexión vía marítima a través de un ferry con las islas ABC es de un impacto altísimo. Recuerda que antes teníamos esa línea que se perdió con el tiempo y retomarla sería un avance muy importante para el desarrollo de la península, dado que va a generar un incremento en el interccambio comercial", expresó.
La empresa naviera Korferry manifestó interés en activar una ruta en la región del estado, sin descartar un enlace con la isla de Curazao.
Como parte de la continua expansión de Hilton en el Caribe, el nuevo resort en Bonaire se une a una línea de más de 45 hoteles Hilton en la región.
Hilton ha anunciado su entrada en Bonaire, una isla caribeña de las Antillas de Sotavento y territorio de los Países Bajos, con el debut de Delfins Beach Resort Bonaire, Tapestry Collection by Hilton.
La apertura subraya el crecimiento acelerado de Hilton en el Caribe, donde la compañía cuenta con más de 45 hoteles abiertos y aproximadamente 35 hoteles adicionales en diversas fases de desarrollo.
El crecimiento de Hilton en el Caribe desempeña un papel integral en su estrategia de expansión más amplia en todo el Caribe e Iberoamérica. Actualmente, Hilton da la bienvenida a sus huéspedes en más de 270 hoteles situados en más de 30 países y territorios de la región, y busca constantemente oportunidades para introducir sus marcas en nuevos mercados.
A inicios de diciembre, Hilton llegó a Paraguay con Palmaroga Hotel Asuncion, Tapestry Collection by Hilton, su primer hotel en el país.
‘Con su carácter distintivo, Delfins Beach Resort Bonaire encaja a la perfección en Tapestry Collection by Hilton’, dijo Jenna Hackett, vicepresidenta senior y líder global de Hilton Lifestyle Brands.
‘Inspirado por la naturaleza prístina de Bonaire y su rica identidad cultural, Delfins Beach Resort ofrece a los huéspedes una cocina local enérgica y la proximidad al buceo de clase mundial que les permite experimentar auténticamente lo mejor de la isla’.
El Delfins Beach Resort Bonaire, Tapestry Collection by Hilton, de 148 habitaciones frente al mar, ofrece a los huéspedes experiencias inmersivas en la propiedad que ponen de relieve la auténtica cultura de Bonaire, un destino famoso por su inmaculado buceo.
Los huéspedes encontrarán en el centro de buceo del complejo todo lo necesario para sus aventuras y exploraciones submarinas. También ofrece unas vistas impresionantes y servicios de primera categoría, como dos piscinas al aire libre y una playa virgen perfecta para tomar el sol y relajarse.
Además de la belleza natural de la isla, los huéspedes pueden degustar una gastronomía de alto nivel inspirada en la riqueza culinaria de Bonaire y relajarse en el spa de playa y el gimnasio de última generación del complejo.
Para reuniones y eventos especiales, el complejo ofrece espacios versátiles, como un salón de baile para 150 huéspedes y una sala de juntas con capacidad para 15 personas, lo que lo convierte en el lugar ideal para reuniones y celebraciones.
‘Estamos orgullosos de asociarnos con Hilton para esta apertura, combinando el carácter único de Delfins Beach Resort Bonaire con la hospitalidad icónica por la que Hilton es conocido en todo el mundo’, dijo Chris Opgenoort, director general de Delfins Beach Resort Bonaire, Tapestry Collection by Hilton.
‘Con la creciente atención de la isla al gran potencial del mercado estadounidense y el aumento del transporte aéreo, tenemos en Hilton un socio que nos posiciona con fuerza en este mercado de origen. La ventaja comercial y la amplia escala de Hilton, incluyendo su programa global de fidelización Hilton Honors, nos proporciona un valor añadido, incluyendo la oportunidad de atraer a más huéspedes estadounidenses’.
La isla caribeña de Bonaire está preparada para implementar un nuevo impuesto de entrada de turistas, ‘simplificado.
Este nuevo impuesto, que entrará en vigor el día 1 de julio de 2022, tiene como objetivo reemplazar su actual impuesto a la habitación y los impuestos de alquiler de automóviles con un impuesto turístico de 75 dólares por visita.
Desde la Corporación de Turismo de Bonaire señalan que ‘este impuesto continuará apoyando la infraestructura de la isla, el producto turístico, los esfuerzos ecológicos y la educación’.
Se ha previsto que tal impuesto se aplique a todos los no residentes, mayores de 13 años, que ingresen a Bonaire, mientras que los menores de 12 años deberán pagar una tarifa de 10 dólares.
El impuesto se pagará digitalmente a través de una plataforma en línea, que se va a lanzar el día 15 de junio, mientras que los viajeros también podrán pagarla a su llegada al aeropuerto.
Igualmente, las autoridades de Bonaire anunciaron que un impuesto de entrada de turistas de pasajeros de cruceros, de 10 dólares por pasajero, va a reemplazar el antiguo ‘impuesto principal’, con planes de que entre en vigor el 1 de enero de 2023.
Las compañías de cruceros serán las responsables de cobrar y pagar la tarifa en nombre de los pasajeros.
Para Miles B.M. Mercera, CEO de Tourism Corporation Bonaire, ‘es importante que nuestros visitantes entiendan que nuestra tarifa de entrada no es un impuesto nuevo o adicional. Simplemente estamos combinando nuestros impuestos turísticos existentes en una tarifa de destino única, lo que lo convierte en un proceso más fácil y menos costoso para la mayoría de los visitantes de Bonaire. También es una inversión vital en lo que hace que nuestra isla sea tan atractiva, desde nuestros esfuerzos ecológicos y eventos culturales hasta nuestra próspera y amigable comunidad local’.
La Fundación Venezolanos Unidos en Aruba señala que, desde el inicio de la pandemia, al menos 640 compatriotas han retornado al país, y destaca los problemas económicos y dificultades legales que enfrentan quienes buscan refugio en esta isla del Caribe Neerlandés
Marllory Medina lleva 34 años viviendo en Aruba. Durante todo este tiempo, ha visto como ha cambiado la situación de los venezolanos en la isla, especialmente en este último periodo caracterizado por el aumento de la migración provocada por la emergencia humanitaria compleja y la crisis política que sacuden a Venezuela.
Medina es la presidenta de la Fundación Venezolanos Unidos en Aruba, cuyo propósito es brindar ayuda a cualquier persona que lo necesite, sin distingo de ningún tipo. Apoyan con comida, ropa, zapatos, recomendaciones de salud y también con información sobre algunos trámites legales.
La iniciativa arrancó en 2017 con el proyecto llamado Venezuela para dar asistencia a hospitales en suelo venezolano, con recaudaciones que efectuaban en Aruba. Posteriormente, un grupo decidió constituirse legalmente y registraron la fundación en la notaría.
Marllory Medina, promotora de la Fundación Venezolanos Unidos en Aruba
“En la junta directiva tenemos a 11 personas trabajando conmigo, también tenemos un departamento de salud donde hay médicos venezolanos, ellos nos asisten con videollamadas o consejos para los pacientes que lo requieran. Allí trabajan 21 profesionales, incluyendo médicos y enfermeras”, relata la activista.
Tienen el proyecto de abrir un comedor popular en el centro de Oranjestad. Por ahora, comenzarán los domingos, en el tercer piso del centro comercial Palm Beach Plaza, entregando comidas entre las 11 de la mañana y las 2 de la tarde. El comedor será para niños y ancianos.
“En la fundación tenemos registradas a 180 personas que pertenecen al grupo de refugiados y asilados políticos y el año pasado, en medio de la pandemia, se nos ocurrió hacer una sopa para aportarles a ellos. Fue un éxito completo. Luego, nos enfocamos en 100 niños que están en situación de necesidad, de varias nacionalidades, les ayudamos con ropa y comida”.
En ocasiones, atienden necesidades de madres embarazadas que dan a luz y carecen de ropa para el bebé o alimentos. “Ayudamos lo más que se pueda”, dice Medina a Crónicas del Caribe.
– ¿Cuál es la situación de los venezolanos que se acercan a la fundación? ¿Muchos de ellos están sin trabajo?
– El año pasado ayudamos en un plan llamado Regreso Voluntario, organizado por el gobierno de Aruba a través del Departamento de Inmigración (Dimas). Ellos se nos acercaron a nosotros con el fin de ayudar a venezolanos que quisieran regresar a nuestro país.
Salieron cinco vuelos organizados, también Dimas trabajó con la Cancillería venezolana y servimos de contacto. Cada venezolano que decidió regresar pagó su pasaje que costó 250 dólares, más 45 dólares del impuesto de salida y el examen de COVID-19 que costaba 75 dólares. Cada uno cubrió sus gastos y nosotros servimos de enlace para transmitir la información. El último vuelo salió el 23 de diciembre de 2020. Este año han salido tres más y estaba previsto otro a fines de junio.
– ¿Quiénes decidieron regresarse? ¿Eran jóvenes o de mayor edad?
– De las 640 personas que salieron de acá en estos vuelos humanitarios, la mayoría eran jóvenes que por un motivo u otro perdieron su trabajo por la pandemia, algunos se quedaron sin casa y otros decidieron retornar por motivos personales.
– ¿Cuál es la situación para un venezolano que llega pidiendo asilo político o espera ser un refugiado?
– Eso lo controla directamente Dimas. Deben pedir una cita vía internet a Dimas, que solicita los documentos y, a través del Departamento de Asilo que tienen, establece el contacto con el solicitante. Desde el año pasado, Dimas comenzó con un sistema de visas para todos los venezolanos que residen en Venezuela. Las tramita la embajada de Países Bajos que está en Caracas. Pero si es un venezolano que reside en otro país, no le piden ese requisito.
– ¿Quiénes acuden a pedir ayuda a la fundación?
– En este momento asisten personas que se han quedado sin trabajo, que tienen niños, incluso de otras nacionalidades. Hemos tenido acá personas con problemas de desnutrición, una cuestión que no se veía en la isla. Los padres están cobrando un 60% del salario y deben seguir pagando hipoteca, comprar comida, pagar servicios y comprar uniformes para los hijos. Entonces, les queda poco para la comida y por eso nos piden ayuda, en especial los 100 niños que tenemos en la fundación que son de varias nacionalidades.
– En el caso de los niños venezolanos cuyos padres no están de forma regular en la isla, ¿son aceptados en las escuelas o hay discriminación?
– Desde el año pasado, Dimas decidió cancelar por tiempo indefinido los permisos para trabajar. La razón no se sabe, lo informaron en diciembre del año pasado. Las personas que estaban legales ahora quedaron sin ningún tipo de documento. En el caso de los niños, es bueno destacar que si los padres no tienen documentación, los niños se quedan sin documento. Hasta este momento permanece la incógnita de las personas que estaban legales y les cancelaron sus permisos.
– ¿Cómo se siente cuando observa que ocurren esas situaciones con sus compatriotas en la isla?
– Me siento muchas veces preocupada, por eso es que planeo el comedor popular con la intención de ayudar a mucha gente. En Aruba, la mayoría de las familias llevan a los abuelos a ancianatos. En este sentido, la idea del comedor es también para integrar a la familia completa porque aparte de darle la comida los domingos, van a tener clases de gimnasia, bailoterapia y juegos con la intención de reunir a la familia.
– ¿Qué recomendación hace a los venezolanos?
– Hay venezolanos que deciden venir a Aruba en pequeñas embarcaciones arriesgando sus vidas y pagando mucho dinero. Quiero pedirles que no lo hagan. Acá no hay trabajo y el coronavirus ha traído escasez. Estamos pasando una etapa muy difícil porque no hemos salido todavía del COVID-19. No vale la pena salir del núcleo familiar así y aparte hay muchos que lastimosamente no llegan, mueren en el mar, se ahogan. No vale la pena que vengan a pasar trabajo.
Las islas del Caribe neerlandés, es decir, Aruba, Bonaire, Curazao y San Martín, ejercen una histórica atracción sobre los venezolanos, por su cercanía geográfica en la costa venezolana, y en especial sobre la población de los estados Falcón y Zulia.
Gerardo González Maldonado, sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), destaca que este hecho contribuyó a la conformación de una identidad transfronteriza común, que propició durante años el intercambio de bienes y servicios, así como el turismo de venezolanos a estas islas. Incluso, agrega que en algunos casos se crearon familias mixtas, es decir, integradas por venezolanos y curazoleños, por ejemplo, reseñó El Pitazo.
Sin embargo, González advierte una serie de cambios en la historia de las relaciones de los venezolanos con estas islas del Caribe, pertenecientes a los Países Bajos, a partir de 2014, fecha que marca el inicio de una migración sin precedentes de criollos.
En su investigación de las islas inútiles a las islas útiles: Emigración venezolana a Aruba, Bonaire, Curazao y St. Marteen 2014-2019, González resalta cuatro momentos de la migración venezolana a estas islas:
1.- Migración de oportunidad, cuyo inicio ubica en 1995 y extiende a nuestros días, en el que las personas migran para trabajar o para vivir, pues Aruba, Bonaire, Curazao y San Martín son vistas como lugares seguros para ganar en dólares.
2.- Migración estacional, que va desde 2002 hasta 2014, en la que las personas migran por un período determinado para ganar dinero, y no significa un cambio del lugar de residencia permanente.
3.- Migración persistente, que se inicia en 2014 y continúa en 2019, empujada por el deterioro de la crisis económica y política en Venezuela y estimulada por una red migratoria, esto es, por lazos de parentesco, amistad o laborales que conectan a los migrantes en Venezuela con familiares o amigos en las islas que ayudan a su inserción laboral.
González ubica en este tipo de migración a los venezolanos que, a pesar de haber sido deportados, persisten en regresar a ellas. “En 2017 se inician las deportaciones, sobre todo de Curazao”, recuerda el sociólogo y precisa que 7 de cada 10 venezolanos deportados ya han estado en las islas del Caribe neerlandés.
4.- Migración forzada, que comienza en 2017 y podría extenderse a 2020, en la que las personas que deciden irse ya no son las habituales (7 de cada 10 venezolanos eran oriundos de Falcón y Zulia). “Migran personas de todas las regiones de Venezuela, y llegan en condiciones de desnutrición y con enfermedades, en busca del trabajo que sea”, afirma González.
Leer mas: https://www.elinformador.com.ve/destacada/quienes-son-los-venezolanos-que-llegan-a-aruba-bonaire-curazao-y-san-martin/
Los primeros ministros de Curaçao y Aruba expresaron este lunes su preocupación por el cierre de las fronteras aéreas y marítimas con Venezuela y el aparente silencio y falta de interés del Gobierno de Nicolás Maduro por llegar a un acuerdo, reseñó EFE.
El primer ministro de Curazao, Eugene Rhuggenaath, dijo a través de un comunicado que es hora de hacerse la pregunta de la razón por la que el país suramericano tomó la decisión del cierre de fronteras con estas dos islas y Bonaire, territorios ligados político-administrativamente a los Países Bajos.
“Seguiremos explicando la urgencia de la situación a través de los canales diplomáticos y también señalaremos la urgencia de formalizar el acuerdo alcanzado hace dos semanas”, resaltó Rhuggenaath.
Recordó además que una reunión acordada para el jueves pasado entre los representantes de estas tres islas y Venezuela para continuar discutiendo medidas para combatir el contrabando de metales desde el país suramericano fue cancelada por las autoridades de Caracas sin explicación.
Rhuggenaath indicó que la retención del petrolero panameño Proteo en la bahía de Bullenbaai con un cargamento de crudo venezolano debido a las deudas reclamadas por varias compañías navieras puede estar detrás de la decisión de Caracas, aunque dejó claro que esa medida estuvo fuera del control de las autoridades locales.
“Si hay otras razones para el cierre de las fronteras es importante que se sepa ahora. No podemos pensar en ninguna otra razón. Curazao no tiene nada que ver con la incautación de petroleros, ya que en nuestro estado constitucional las empresas tienen la opción de apoderarse de las propiedades si es necesario para exigir un pago”, matizó Rhuggenaath.
Los habitantes de Bonaire viven sin prisa y buscan que el turista tenga una experiencia inolvidable. Poseen una alta conciencia ambientalista. La isla caribeña está considerada como un destino para disfrutar del contacto con la naturaleza
La tranquilidad que se respira en Bonaire es propia de una isla caribeña privilegiada por la naturaleza al encontrarse fuera de la franja de huracanes. La calma con la que se vive en la isla se evidencia en la ausencia total de semáforos y se precia de ser la isla del Caribe con mayor conciencia ecológica, según las organizaciones ambientalistas más importantes del mundo. Su Gobierno local ha asumido una cultura para lograr la meta de cero emisión de monóxido de carbono al ambiente. Para lograr este objetivo se están adoptando el uso de energías alternativas.
Los primeros extranjeros en llegar a la isla fueron Américo Vespucio y Alonso de Ojeda cerca del año 1499. La ubicación de la isla y la producción de sal de óptima calidad fueron las causantes de que luego de que llegaran los primeros extranjeros Bonaire pasara por una larga lucha de poderes entre los países de Europa que reclamaban la soberanía de su territorio. Es hasta 1816 cuando definitivamente es considerado como territorio holandés. Desde el año 2010 es considerado como un municipio holandés y sus habitantes tienen dicha nacionalidad y su economía está basada en el dólar americano.
Su cultura se compone de la mezcla de las nacionalidades que han hecho vida en la isla con una herencia de base de los indios caquetios y los arahuacos procedentes de Venezuela que emigraron a la isla siglos antes. En la actualidad sus habitantes han internalizado el significado de una vida tranquila y no muestran apuro para hacer las cosas. Disfrutar del tiempo y la naturaleza es una cultura muy difundida en Bonaire.
Las islas que forman parte de los Países Bajos conservan algunos nombres, casas y costumbres que remiten a sus antiguos colonizadores.
Aunque todos lo conozcamos como Holanda, Holanda no es Holanda, sino el Reino de los Países Bajos (Nederland). Holanda, en rigor, es uno de los países que pertenecen a dicho reino (además de ser la región histórica más influyente) junto con Aruba, Curaçao y Sint Maarten. Lo completan los municipios especiales de Bonaire, Saba y San Eustaquio, el llamado Caribe Neerlandés.
Hasta octubre de 2010, todo este conjunto de islas era conocido como las Antillas Holandesas. A partir de esa fecha, Curaçao y Sint Maarten accedieron a la autonomía (Aruba se había convertido en estado autónomo en 1986), aunque los tres territorios continúan siendo socios plenos y autónomos de los Países Bajos (es decir, rechazaron la independencia total). Por su parte, Bonaire, San Estaquio y Saba optaron por un vínculo más directo con el reino, pertenecientes a la Unión Europea.
Aruba, Curaçao y Sint Maarten, a su vez, no pertenecen a la UE, aunque los ciudadanos de estos tres estados sí son ciudadanos de la UE (la ciudadanía es manejada por el reino, y no por cada uno de los países).
En 1986, Aruba creó su propia moneda, el florín arubeño. El florín holandés continuó siendo la moneda de las restantes islas holandesas hasta 2010, y en 2011 tres de estos territorios se dolarizaron (Bonaire, Saba y San Eustaquio). En las restantes dos islas, Curaçao y Sint Marteen, el florín holandés sigue siendo la moneda de circulación, aunque se prevé la creación de una nueva moneda local común para las dos islas.
ARUBA. A unos 20 km de la costa venezolana, Aruba fue conquistada por los holandeses en 1636. A la fiebre del oro del siglo XIX y la prosperidad que supuso, en 1924, la apertura de una refinería de petróleo, le siguió el auge del turismo, actualmente la industria principal de la isla (el primer hotel de lujo de la isla data de 1959). La mayoría de los complejos y hoteles de superlujo incluyen casinos, por lo que a Aruba se la conoce como Las Vegas del Caribe.
Aunque rivaliza en este ámbito con Sint Maarten (la isla que se divide entre Francia y Holanda), Bonaire ha emergido en los últimos años como una de las islas más sofisticadas de la región, al punto que hay algunos que ya la llaman "el Mónaco del Caribe". Cierto o no, Bonaire es el sitio elegido por los mejores windsurfistas del mundo para practicar freestyle y hacer piruetas extremas, específicamente en la playa de Lac Bay, la mejor de la isla y, en rigor, una de las pocas que tiene: Bonaire está más bien formada por acantilados. De todos modos su fortaleza sigue estando en el mar. Y esto gracias a sus arrecifes de coral que regalan notables sitios de buceo, los que se encuentran en su mayoría dentro del protegido Parque Nacional Marino de Bonaire, creado en 1979.
Fuente: El Mercurio.com / Por Sebastián Montalva Wainer.