Entre las montañas de la Sierra Madre Occidental y la costa del Pacífico mexicano, en uno de los estados más pequeños y menos poblados del país, existe un rincón que alberga una riqueza natural y cultural excepcional: el estado de Nayarit. Un paisaje ideal para huir del turismo masificado, entrar en contacto con la naturaleza, practicar deportes extremos o descubrir la auténtica cultura prehispánica. Estas son cinco razones por las que deberías visitar Nayarit en tus próximas vacaciones a México.
playas paradisiacas
En México hay mucha más playa más allá del Caribe. Uno de los lugares inolvidables en la Riviera Nayarit es San Blas, con playas casi vírgenes y nombres imprescindibles como Sayulita y San Pancho, ideales para hacer surf, o Punta Mita, para aquellos que prefieren el lujo. No dejes de visitar la Playa Novillero que, con sus más de 80 kilómetros, es la más larga de México -la segunda en Latinoamérica, después de Praia Do cassino en Brasil-. Sus arenas doradas y su oleaje tranquilo la convierten en el lugar ideal para escaparse con la familia.
Otra escapada imprescindible es la Playa Escondida o Playa del Amor, en el Parque Nacional Islas Marietas, a menos de 10 kilómetros al suroeste de Punta Mita. Se trata de una pequeña cala de arena blanca oculta en el corazón de una formación rocosa, a la que solo podrás acceder nadando.
Pueblos mágicos
Nayarit es uno de los estados mexicanos con la mayor cantidad de Pueblos Mágicos. Este año cinco destinos obtuvieron esta designación con la que el gobierno mexicano les reconoce haber mantenido sus tradiciones, historia, cultura y arquitectura originales a lo largo del tiempo. San Blas destaca por sus playas, manglares y su icónico muelle. Ahuacatlán, por su arquitectura colonial. Amatlán de Cañas, por sus calles empedradas, casas de adobe y techos rojizos, así como por sus manantiales de aguas termales.
En Ixtlán del Río podrás visitar una de las zonas arqueológicas más importantes de la región, Los Toriles, y el cerrito de Cristo Rey, donde se reúnen los feligreses la última semana de octubre. En Puerto Balleto podrás hospedarte en los antiguos alojamientos de prisioneros, reformados y acondicionados, ya que se encuentra en una isla que fue la cárcel más famosa de México, la Isla de María Madre, en la reserva de la biósfera Islas Marías. Estos sitios inolvidables se unen a los cuatro Pueblos Mágicos con los que ya contaba el estado: Compostela, Jala, Mexcaltitán y Sayulita.
El hogar del tiburón ballena
Las cálidas aguas del Puerto de San Blas son el hogar del tiburón ballena, conocido como pez dominó por su piel gris con lineas y puntos blancos, el pez más grande del mundo que, a pesar de su tamaño (puede medir hasta 18 metros de largo y pesar hasta 34 toneladas), es inofensivo (no se alimenta de carne, sino de plancton). Si te atreves, puedes nadar con ellos con la mayor seguridad mediante prestadores autorizados que siguen las normas para causar el mínimo impacto a la especie.
También puedes admirar a la ballena jorobada, que en los meses de invierno (desde mediados de diciembre hasta finales de marzo) migra a la costa del Pacífico Mexicano para aparearse y reproducirse. O si prefieres puedes liberar tortugas marinas, ya que Nayarit es un sitio de anidación de cuatro especies.
Su gran biodiversidad hacen del estado el hogar de aves endémicas. Toma un barco hasta el Parque Nacional Isla Isabel, donde podrás avistar pájaros bobos de patas azules o pelícanos. La selva nayarita es el hogar de jaguares... pero esos son más difíciles de ver.
Naturaleza salvaje
Aunque no todo en Nayarit es playa. Si lo tuyo es la montaña, no dejes de visitar la mística Sierra del Nayar, en donde se asientan importantes grupos originarios que habitan la región: Wirrárikas (o huicholes), mexicaneros y coras. También existen importantes embalses y lagunas en el interior, como la Laguna de Agua Brava, la Laguna de Mexcaltitán (donde se ubica la isla del mismo nombre) y el Estero de Cuautla. Mexcaltitán, pequeño poblado pesquero colorido y tranquilo, se considera la antigua urbe de Aztlán. Conocida como la Venecia mexicana por los canales que se forman al interior de la isla en la temporada de lluvias. Estos canales son recorridos en balsas por los pobladores.
Una gastronomía deliciosa
En Nayarit encontrarás una amplia variedad de productos frescos del mar. Saborea platos típicos como el pescado zarandeado, un manjar que se prepara con diferentes salsas y se ahuma a la leña, o el Tlaxtihuilli, una receta a base de camarones, chiles y atole de maíz. No dejes de probar el famoso ceviche y chicharrón de pescado, el molcajete de mariscos, los tamales nayaritas, o la birria tatemada.
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Otra escapada imprescindible es la Playa Escondida o Playa del Amor, en el Parque Nacional Islas Marietas, a menos de 10 kilómetros al suroeste de Punta Mita
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