Es el tema que concentra hoy la atención de la India y que está poniendo a prueba a la nueva propiedad de la aerolínea Air India: una desagradable y vergonzosa conducta de un viajero en uno de los aviones de la compañía. A tal nivel han llegado las cosas, que el presidente del grupo empresarial Tata, el mayor del país, ha expresado públicamente su “angustia” por el incidente.
Todo empezó en noviembre pasado, el 26, en un avión de Air India que hacía el vuelo desde Nueva York a Nueva Delhi. Y en la primera clase.
Shankar Mishra volaba absolutamente borracho. En otro asiento viajaba una mujer de 72 años. En un momento dado, Mishra se pone a orinar sobre la mujer, a la que empapa absolutamente. A su lado viajaba el doctor Sugata Bhattacharjee, que confirma lo que cuenta la pasajera.
A partir de allí, Air India no hace nada bien.
La mujer le pide a la tripulación que la cambien de asiento, pero no se lo permiten. Lo máximo es que se pudiera sentar en una butaca de la tripulación. La tripulación llevó al hombre delante suyo para que le pidiera disculpas cuando ella les dijo que no quería volverlo a ver.
La mujer afirma que había sido un vuelo traumático. Y aún le esperaba saber que la compañía le iba a devolver únicamente una parte de su billete de avión.
Ella presentó una queja a la aerolínea, que fue ignorada. Y ahí iba a quedar todo hasta que el asunto salta a los medios.
Se comprueba que la compañía ni siquiera había puesto al pasajero en la lista de viajeros indeseables. Como el asunto iba a más, finalmente, Air India presentó una denuncia a la policía por lo sucedido y Mishra fue detenido y retenido en un calabozo por catorce días. Al mismo tiempo, el Wells Fargo, el banco en el que trabajaba en Estados Unidos, lo despidió, "cooperando con la aplicación de la ley".
El viajero borracho indicó que ha encargado la limpieza de las prendas de la pasajera y explicó que "lo único que ella sigue pidiendo es una compensación económica por parte de la aerolínea".
El escándalo ha hecho intervenir a la nueva propiedad de Air India. Su CEO reconoce que deberían haber sido más ágiles en la reacción. "Vamos a revisar nuestros procesos para que situaciones así puedan repetirse".
Todo empezó en noviembre pasado, el 26, en un avión de Air India que hacía el vuelo desde Nueva York a Nueva Delhi. Y en la primera clase.
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