Estupor. Esta es la palabra que resume el impacto causado por la noticia de que Air Nostrum se ha convertido en la primera aerolínea del mundo que hace un pedido de diez Airlander 10, el nuevo ‘zeppelin’ de helio, inventado para no contaminar (Air Nostrum incorporará a su flota el dirigible ecológico Airlander 10).
El aparato en realidad es un ‘hijo’ de la guerra de Afganistán. Se llamó originalmente HAV304, construido para el Ejército de Estados Unidos. El proyecto pretendía que operara sin personal a bordo, pudiendo explorar territorios inaccesibles y recoger información para después permitir que las tropas terrestres se desplieguen. La idea data de 1990. Pero en 2013 el ejército americano canceló el contrato porque el fabricante no llegó a hacer volar el aparato, tal como había prometido.
El ‘zeppelin’ o como le quieran llamar tenía en su versión original 91 metros de largo, más que cualquier avión, aunque más pequeño que el famoso Hindenburg. La idea, no lo olviden, era que volara solo, aunque siempre se pensó que, llegado el caso, admitiera personal a bordo.
Cuando los americanos cancelan el contrato, el HAV304 se pasa a denominar Airlander 10. En 2014, ya desvinculada de su vertiente militar, Hybrid Air Vehicles mostró la primera unidad. El 17 de agosto de 2016, el Airlander voló por primera vez, apenas treinta minutos.
El 24 de agosto de 2016, en el segundo test que se hacía, el aterrizaje fue mal y se produjeron daños en la cabina de control. Reparado, en mayo de 2017 volvió a volar. En su cuarto intento, en junio de 2017, llegó a una altura de mil metros. Pero de nuevo hubo problemas en noviembre, cuando el viento arrancó el ‘zeppelin’ de sus anclajes, donde estaba fuera de uso.
El aparato que ha comprado Air Nostrum puede volar a 150 kilómetros por hora y puede estar en el aire cinco días consecutivos.
En muchos ámbitos de la actividad económica se suele decir que siempre es mejor ser el segundo, para no correr los riesgos del pionero. Si Air Nostrum está arriesgando dinero –lo cual sería inverosímil en Bertomeu, y menos en esta aventura–, yo incluso diría que mejor ser el décimo que no el primero.
El tiempo dirá, pero, de haber dinero por medio, esta puede ser una genialidad o una estupidez. No caben posturas intermedias.
La idea data de 1990. Pero en 2013 el ejército americano canceló el contrato porque el fabricante no llegó a hacer volar el aparato, tal como había prometido.
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