Con incrementos de precios de aéreo por encima del 300% (respecto a 2019 pre pandemia) se espera que la ocupación de viajes nacionales del receso invernal no supere el 40%.
Venimos de una actividad turística 0 en vacaciones de invierno 2020 por lo cual se abre la posibilidad de contar con algo de movimiento en un sector tan importante para las economías regionales en nuestro país. El punto de partida es muy bajo con un promedio de ocupación hotelera promedio del 23 % en todo el país. La estadía promedio en Bariloche que es uno de los destinos más apreciados por los argentinos para estas vacaciones es de cuatro noches en la previa a este receso invernal”, explica Damián Di Pace, director de la Consultora Focus Market a Iprofesional.
Los destinos más elegidos por los argentinos son: Bariloche, Salta, Jujuy, Ushuaia, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Iguazú, El Calafate, y Tucumán. Aún así no se espera grandes cifras ya que el mensaje del Gobierno a través del ministerio que dirige Lammens, es que no restringirá el turismo interno pero tampoco lo promoverá. Mientras tanto, los destinos hacen esfuerzos aislados por recuperar a los viajeros en un contexto en el que el turismo nacional es una opción muy válida.
La capital del país que en estas fechas suele convocar a ciudadanos de toda Argentina, ofrecerá este año poca actividad teatral infantil (uno de sus grandes atractivos en estas fechas).
Además la ocupación hotelera en la ciudad de Buenos Aires, de acuerdo a consulta con referentes de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés es de apenas un 10%. Por su parte, hoy el 60 % de los hoteles se encuentran cerrados en forma parcial (solo abren ocasionalmente frente a demanda) o total (por qué no les conviene tener apertura total por la baja ocupación o peor aún por qué han tenido que cerrar definitivamente frente a la extensión de medidas sanitarias). Mientras las grandes cadenas insisten con reconvertir los usos de los establecimientos. (Holetes en Argentina se readaptan como espacios de trabajo)
por qué no les conviene tener apertura total por la baja ocupación o peor aún por qué han tenido que cerrar definitivamente frente a la extensión de medidas sanitarias). Mientras las grandes cadenas insisten con reconvertir los usos de los establecimientos.
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