American, United, Delta, JetBlue, Hawaiian y Alaska, entre otras, se levantan contra una nueva norma de Estados Unidos
Es extremadamente infrecuente que unos particulares, porque eso son las aerolíneas estadounidenses, demanden nada menos que al presidente del país por haber aprobado una norma legal que consideran improcedente. La demanda está centrada en Joe Biden, pero el objeto central es el Departamento de Transportes. Los demandantes son todas las aerolíneas de cierta importancia, como American, United, Delta, JetBlue, Hawaiian o Alaska (Biden: una ley frenará los precios ocultos en el turismo).
El texto legal en cuestión es uno aprobado hace unos días que obliga a las aerolíneas y a las agencias de viajes a que desglosen los detalles que constituyen el precio final del billete, incluyendo qué comisión se queda cada uno de los participan en el proceso comercial. La intención del Gobierno es que la gente pueda reclamar por cargos cuyo origen desconoce.
La demanda dice que esto conduce a confusión y “es un intento de regular negocios privados en un mercado que está más allá de su jurisdicción”. Las aerolíneas denuncian la norma como “arbitraria, caprichosa, un abuso y contraria a la ley”.
Según el gobierno, los consumidores están pagando 550 millones de dólares anuales de sobreprecios injustificados que con esta transparencia serían conocidos. “Es una solución innecesaria a un problema inexistente”, dice la demanda, en la que únicamente falta Southwest de entre las grandes.
Esta misma norma exige a las aerolíneas que, si tienen un retraso o una cancelación, transfieran el importe de la indemnización al cliente de forma automática, sin esperar la reclamación. Pero las compañías no cuestionan este punto.
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