Cuando salimos de viaje, lo que menos queremos es sufrir un accidente o enfermarnos fuera de nuestro país; sin embargo, son situaciones que suelen ocurrir con frecuencia. Por tal razón, los hoteles más importantes cuentan con su propio servicio médico las 24 horas del día, cuyos costos en caso de que un huésped lo requiera, pueden ser onerosos para cualquier bolsillo, ya que la sola consulta cuesta unos 300 dólares, aparte de las medicinas, inyecciones, etc. Tal es el caso de los hoteles todo incluido de lujo que se encuentran en Cancún y la Riviera Maya, cuyo servicio médico por lo general es manejado por una empresa independiente.
En uno de estos hoteles, ubicado en Puerto Morelos y catalogado como uno de los mejores de la zona, hace pocos días llegó al servicio médico un turista latinoamericano, quien presentó un trastorno viral con fuerte malestar estomacal y dolor de cabeza. La médico de turno, de nombre Sofía, contó a REPORTUR.mx, que recibió al huésped en su consultorio ubicado dentro del hotel, y antes de proceder a la revisión médica le informó sobre los costos del servicio. El turista aceptó de inmediato, rogándole a la doctora que lo curara pues se sentía muy mal.
Una vez finalizada la consulta, incluyendo una inyección, el huésped se sintió mucho mejor, pero cuando la doctora le extendió la factura, se enojó diciendo que en su país jamás pagaría semejante suma de dinero por una consulta médica, y se retiró del consultorio sin pagar. La esposa del huésped se presentó al día siguiente en el consultorio médico, pidiendo perdón por la actitud de su marido y pagando la totalidad de la cuenta.
“Los turistas de algunos países latinoamericanos y también los nacionales, suelen tener este tipo de actitud, se escandalizan cuando se les entrega la factura de los servicios médicos y al principio se niegan a pagar, pero como no pueden completar el check-out sin haber pagado todo, terminan por pagar la consulta y el tratamiento médico”, comentó la doctora Sofía.
Agregó que, en cambio, los turistas estadounidenses, quizás más acostumbrados a los altos honorarios médicos que se pagan en su país, casi nunca protestan ni reclaman, al contrario, salen del consultorio agradecidos y dando una generosa propina a la doctora.
el huésped se sintió mucho mejor, pero cuando la doctora le extendió la factura, se enojó diciendo que en su país jamás pagaría semejante suma de dinero por una consulta médica
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