miércoles, 18 de enero de 2023

Turismo: el error de los economistas por Miguel Praga

Desde siempre, desde que se construyó el primer hotel para el turismo de masas (aquel que es gestionado por turoperadores y que prácticamente no tiene venta directa), los economistas manifiestan su desconfianza con el modelo porque tiene mucho riesgo, mucha volatilidad. Esto se ha dicho desde siempre en Baleares y, en menor medida, también en Canarias.

Los economistas siempre han considerado que una fábrica de cualquier cosa es más segura, más tangible. O la producción agrícola, por supuesto.

Detrás de este punto de vista hay varias cuestiones ciertas que permiten defender esta postura: el turismo es un lujo, es de lo que uno debería prescindir antes, en caso de crisis; es una actividad que se puede hacer en España, claro, pero también en casi cualquier otro país del mundo. Y, desde luego, del Mediterráneo.

Estamos a expensas de los mayoristas, nos decían. ¿Y si el año entrante los turistas no vienen, qué haremos con tantos hoteles?

Afortunadamente, hasta ahora sólo las grandes huelgas mineras en Inglaterra y la pandemia de coronavirus fueron en esta dirección: en el primer caso hubo crisis, pero Alemania y el resto de Europa redujeron el impacto. En el caso de la pandemia, también hubo crisis, pero nadie se libró de sufrirla, excepto tal vez Amazon. Y el turismo salió antes. Al menos el turismo de sol y playa.

Sin embargo, la pospandemia está dándonos una lección: en toda Europa hay inflación, la renta disponible se está reduciendo, los salarios son más pequeños, nadie está hoy mejor que hace dos años, por ejemplo, la guerra de Ucrania y sus efectos en los combustibles se prolongan en el tiempo y, sin embargo, 2023 parece que volverá a ser un año récord en volumen y en precios.

¿Qué está cambiando?

Que el turismo, como la leche o los zapatos, ya no es un lujo, prescindible si las cosas van mal. La gente prefiere no cambiar de coche o no pintar el comedor antes que dejar de viajar al Mediterráneo. Incluso aunque el precio sea más alto que otros años, incluso aunque haya que hacer un sacrificio.

Desde luego, no era fácil criticar a los economistas que hace cincuenta años desconfiaban del turismo, pero es evidente hoy que no acertaban.

1 comentario:

  1. Los economistas siempre han considerado que una fábrica de cualquier cosa es más segura, más tangible. O la producción agrícola, por supuesto

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