La cadena Meliá agregó un nuevo gasto a su balance y es la contratación de la consultora The Raben Group, para vigilar las políticas de hostigamiento comercial del Gobierno Trump a Cuba, en lo que tiene que ver con las hoteleras españolas que operan en la Isla.
Para esta labor la hotelera invierte US$35.000 al mes para obtener informes de posibles perjuicios, pese a la llegada del nuevo gobierno de Biden, que ha cedido, pero habrían nuevos movimientos en la política estadounidense que podría afectar la actividad en Cuba, por lo que la compañía de vigilancia estaría monitoreando los posibles cambios legislativos y en las políticas de USA, así lo recoge Última Hora.
El contrato de Melía con The Raben Group tiene como vigencia hasta el 15 de agosto, plazo que puede ser prorrogado. La consultora trabaja en dos artículos de la ley Helms-Burton que el Departamento de Estado de USA sacó de nuevo a la luz en 2019, los cuales tratan sobre le facultad para iniciar acciones contra “extranjeros que hayan confiscado bienes de nacionales estadounidenses o traficado con dichos bienes”, con lo cual pretendían amparar los reclamos de descendientes de cubanos exiliados y que fueron expropiados por el régimen castrista.
Con lo anterior, los exiliados tendrían demandas contra los grupos hoteleros españoles por los terrenos donde tienen sus hoteles. Es decir, no solo es Meliá que tiene 40 hoteles en la isla, sino también Iberostar, Barceló y Blau Hotels.
Como lo informó REPORTUR.mx, tras la Junta de Accionistas de Meliá llevada a cabo en junio, en la que sus máximos directivos expusieron los planes de recuperación de la hotelera, la cotización del grupo subió más de un 1,7% frente a un Ibex que caía más de un 1%. (Escarrer recibe apoyo masivo en sus planes para la nueva Meliá).
Esta fue la evidencia de que el mercado confía en la estrategia trazada por la compañía para encumbrar la recuperación después de que el grupo registrara pérdidas por 596 y 193 millones en 2020 y 2021, respectivamente.
Tras el bache, el vicepresidente y Ceo del grupo, Gabriel Escarrer, anunció en su momento que la compañía se ha comprometido “a dar un salto cualitativo en su balance y su rentabilidad tanto a corto como a medio y largo plazo, con una reducción de la deuda del grupo en al menos 250 millones, así como a obtener un Ebitda de al menos 400 millones en 2022, excluyendo plusvalías, y a mejorar, en el año 2024, el margen de Ebitda del Grupo en no menos de 300 puntos básicos”.
Esta fue la evidencia de que el mercado confía en la estrategia trazada por la compañía para encumbrar la recuperación después de que el grupo registrara pérdidas por 596 y 193 millones en 2020 y 2021, respectivamente.
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