La posible integración de Air Europa en Iberia ha entrado en una nueva fase en la que las dos aerolíneas han restado prioridad a la transacción. Ante este cambio, la alianza ya solo será posible si el Gobierno se convierte en el motor para que se produzca un gigante que pueda convertir a Barajas en un hub capaz de competir con los otros grandes europeos.
El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, está pretendiendo inflar el precio de Air Europa por encima de lo que compensaría a Iberia. El objetivo de la aerolínea de IAG es quitarse a su principal competidor, y la absorción era la fórmula preferida, pero ante el actual escenario podría lograrlo sacándola del mercado tirando precios a un coste mucho menor que comprándola y asumiendo su deuda.
El máximo accionista de Air Europa ha logrado desplazar a las personas que mantenían los nexos con Iberia, a la vez que ha exhibido en múltiples entrevistas su rechazo a los acuerdos previos. Hidalgo ha liderado también la apertura de conversaciones con Air France-KLM en su objetivo de ampliar la valoración de su aerolínea, al tiempo que ha cuestionado la españolidad de IAG.
Iberia ha rechazado el carpetazo definitivo a la compra, pero ha rebajado su prioridad con respecto hace unas semanas. El pasado viernes, el CEO de IAG, Luis Gallego, pasó la patata al Gobierno, poniendo el énfasis en lo “catastrófico” que sería para el interés estratégico de España que Air Europa cayera en manos de una aerolínea con hubs en París, Ámsterdam o Fráncfort.
Las dos aerolíneas ya miran así hacia el futuro dando un mayor espacio a la opción de seguir en solitario. Iberia trabaja con alternativas a la adquisición de Air Europa tras intentarla de todas las formas posibles, mientras Air Europa anuncia sus planes para sumar aviones y aguantar primero hasta julio cuando venza moratoria de los concursos de acreedores, y luego hasta 2024 cuando deba abonar los primeros grandes vencimientos del rescate público.
Iberia ya ha abonado 75 millones a Air Europa que le han dado oxígeno para pasar estos meses, a la espera de la respuesta de los lessors de sus aviones con los que mantiene una deuda superior. Y además, debido que el gobierno es su principal acreedor, se siente segura de que con ello una posible quiebra se dificulta.
No obstante, su plan pasa porque el Gobierno le legisle favorablemente para evitar un posible concurso de acreedores por el desequilibro patrimonial por las pérdidas de la pandemia. Por lo tanto, el mayor poder de las tres partes reside en el Ejecutivo, que, además de regulador y acreedor, se le presupone que debe velar por el interés general para el país.
IAG insistió el pasado viernes en que ya había hecho todo lo que estaba en su mano para salvar la operación, y dio a entender que ahora ya la integración solo podría salir si el Gobierno se convertía en su motor y ejercía toda la presión para lograrla. El escenario de guerra en Europa entre Rusia y Ucrania puede provocar también una aceleración de acontecimientos.
Antes del estallido del conflicto bélico, Hidalgo venía pidiendo más dinero y anticipos a Iberia, en paralelo que a los periódicos justificaba sus exigencias debido al valor de las rutas de Air Europa y de su marca. La deuda personal del presidente de Globalia le obliga a aumentar sus pretensiones, mientras también trata de calmar a sus acreedores anunciando grandes proyectos inmobiliarios en Estepona.
Sin embargo, en los últimos meses, otros rivales como Latam Airlines, Avianca o Aeroméxico han cerrado sus nuevas estructuras financieras para sobrevivir. Al mismo tiempo, el paralelismo entre la ofensiva de Lufthansa por la italiana ITA y entre una Air France-KLM por Air Europa flaquearía porque la española cuenta con una abultada deuda, y porque en España ya existe una aerolínea de largo radio dominante, a diferencia de en Italia.
El presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta Nadia Calviño emergen así como los más determinantes para el diseño que tendrá mapa aéreo español del futuro. Su voluntad marcará el posicionamiento económico y estratégico del país a largo plazo, ante la oportunidad de acercarse más a Asia, si optan por ser un motor de la integración entre Iberia y Air Europa, o si en caso contrario pesan más otros intereses personales.
Por lo tanto, el mayor poder de las tres partes reside en el Ejecutivo, que, además de regulador y acreedor, se le presupone que debe velar por el interés general para el país.
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