Dos aviones Airbus A350, los dos de Air Mauritius, que volaban en direcciones opuestas, evitaron por poco una colisión en el aire como resultado de lo que parece ser una negligencia del controlador de tránsito aéreo en Sudán. La salvación se debe a la tecnología que llevan incorporado estos aviones (y, a decir verdad, la mayoría de los existentes).
Los hechos, que acaban de conocerse, ocurrieron el pasado 6 de enero de 2022, cuando el vuelo MK42 se dirigía a Londres Heathrow (LHR) desde Port Louis, en las islas Mauricio y estaba volando a 38 000 pies, más de once mil metros de altura. Mientras estaba en el espacio aéreo sudanés, la tripulación solicitó un ascenso escalonado a 40.000 pies como medida de ahorro de combustible. La solicitud fue autorizada por el controlador de Jartum y la aeronave comenzó a ascender a su nueva altitud. Eran las 23:01.
Casi al mismo tiempo, el vuelo MK15, también de Air Mauritius, se dirigía en dirección opuesta, desde París Charles de Gaulle a Mauricio, navegando a 39,000 pies en la misma senda aérea.
Según los datos de seguimiento, a las 23:03, el vuelo MK42 cruzó los 39 000 pies, colocando a la aeronave en una trayectoria de colisión con el vuelo MK15, con solo 800 metros de separación horizontal.
En ese momento la tecnología respondió: el sistema de prevención de colisiones de tráfico (TCAS por sus siglas en inglés) de los dos aviones alertó a las respectivas tripulaciones del conflicto inminente. A las 23:04 los pilotos del MK15 descendieron rápidamente a 38 600 pies, mientras que el MK42 aceleró su ascenso a 40 000 pies.
El TCAS funciona independientemente de los servicios de control de tráfico aéreo al escanear el entorno y comunicarse con otras aeronaves equipadas con TCAS. En los aviones había alrededor de 400 pasajeros, entre los dos vuelos, sin darse cuenta de lo mortal que podría haber resultado la situación si ambos aviones no hubieran estado equipados con tecnología para evitar colisiones.
En los aviones había alrededor de 400 pasajeros, entre los dos vuelos, sin darse cuenta de lo mortal que podría haber resultado la situación si ambos aviones no hubieran estado equipados con tecnología para evitar colisiones.
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