Latam Airlines es ahora mismo la compañía latinoamericana que más CO2 genera en toda su operación: sus 12 millones de toneladas equivalen al 12% de todo lo que emite Chile y más de todo lo que produce Paraguay o Costa Rica y similar a las emisiones de Panamá.
En 2018, la industria de la aviación firmó un acuerdo para reducir en 50% sus emisiones al 2050 aunque el único país donde opera Latam que se incluyó en esa estrategia fue Brasil. No obstante, la compañía decidió extender esa intención a todos los países donde opera.
Así, lanzo su estrategia con la meta de no emitir más que los niveles de 2019, pues de excederse debe compensar la diferencia. Así, se ha fijado bajar en 50% las emisiones domésticas al 2030 y convertirse en carbono neutral al 2050.
Lo cierto es que esta meta es aún inalcanzable, pues la firma tiene control solo sobre un tercio de sus emisiones y el resto, que corresponde al uso del combustible, aún no tiene sustituto, recoge Latercera.
El biocombustible y el desarrollo del combustible sintético vía hidrógeno verde está en exploración, no existe la capacidad para cubrir al sector y se estima que podrá estar listo para 2025.
“Reducir las emisiones no va a llegar antes del 2025, 2030, 2040. Y el mundo no dispone de ese tiempo. Y como estrategia tenemos que construir un puente para llegar a ese año”, señala al citado medio Juan José Tohá, director de asuntos corporativos de Latam.
Lo cierto es que esta meta es aún inalcanzable, pues la firma tiene control solo sobre un tercio de sus emisiones y el resto, que corresponde al uso del combustible, aún no tiene sustituto, recoge Latercera.
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