Las manifestaciones culturales de los pueblos no solo se refieren a sus celebraciones religiosas y musicales, también se expresan a través de su gastronomía y artesanía.
Muy particularmente los pueblos indígenas y descendientes de indígenas, han sabido aprovechar los elementos naturales como el barro, la piedra o la palma, para crear además de sus utensilios cotidianos, elementos artísticos para la decoración. Así bien; vasijas, chinchorros, platos y muchas otras cosas que elaboran para su uso o para la venta. Hay que acotar que los pueblos indígenas son muy comerciantes.
En días pasados fui con unos amigos, hasta una comunidad indígena de la etnia Guahiba en el estado Amazonas. Tras un viaje a través de un paisaje llanero maravilloso, llegamos a la comunidad, que en verdad está lejos de todo.
Sus pobladores tienen la costumbre de esconderse en sus casas si llega alguien extraño, y van saliendo poco a poco, cuando se sienten seguros. Resulta que estos señores que aunque viven en casas, mantiene sus costumbres ancestrales de supervivencia, como la caza, la pesca, la recolección y algo, muy poco, de agricultura. Es una comunidad donde todos trabajan por el bienestar común, hablan en su dialecto, todos a la vez, cuando no quieren que les entiendas.
Se nota como mantienen en sus labores ese equilibrio con el medioambiente, sin perturbarlo, solo extrayendo de él lo necesario para vivir, no más, para que se mantenga intacto y sirva de provecho a las generaciones futuras. Esa es su manera de pensar, de vivir, no saben o no quieren vivir de otra manera. Se produce entonces la magia de los contrastes, entre las diferentes formas de manifestación de los pueblos, o comunidades y como expresa cada uno, sus creencias, sus miedos, sus agradecimientos.
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