miércoles, 28 de septiembre de 2016

Hay demasiados dispositivos móviles en los aviones y eso es un peligro Por Christine Negroni


PlaneGard, una empresas de fundas para detener fuego y humo de baterías en el interior de los aviones hace pruebas como la de la imagen. Credit PlaneGard

La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por su sigla en inglés), con una mención de peligro de incendio, emitió una advertencia contra el uso de los teléfonos celulares Samsung Galaxy Note 7 en los aviones. Tres aerolíneas australianas y una alemana, Lufthansa, prohibieron su uso a bordo.

Sin embargo, la amenaza de incendio en los aviones no se limita a los dispositivos de Samsung, que la compañía ha ofrecido reemplazar; el peligro es mucho más real.

Qantas, una de las aerolíneas australianas, experimentó un incendio a bordo durante un vuelo transpacífico este año, cuando el teléfono móvil de un pasajero fue aplastado por el mecanismo de un asiento de primera clase y la batería de iones de litio del teléfono se incendió.

En enero, la FAA informó que mientras un vuelo de Delta Air Lines de Minneapolis a Atlanta llegaba a la puerta de embarque, los miembros de la tripulación descubrieron que un equipaje de mano que contenía dos computadoras portátiles se había incendiado. El humo hizo que algunos pasajeros usaran las salidas de emergencia y esperaran en las alas hasta que llegaron los equipos de auxilio.

El problema son las baterías de iones de litio –que se han convertido en las baterías estándar de dispositivos electrónicos como teléfonos, tabletas y computadoras portátiles– debido a la cantidad de energía que pueden contener en un empaque tan pequeño, lo cual las hace extremadamente volátiles.

Se considera que los incendios de baterías son un factor que contribuyó a los accidentes de tres aviones de carga en los últimos diez años: un 747 de Asiana en 2011, un 747 de UPS en Dubai en 2010 y un DC-8 de UPS en Filadelfia en 2006.

En enero, la FAA emitió una advertencia sobre las baterías de iones de litio en la bodega de equipaje y afirmó que suponían el “riesgo de una pérdida catastrófica del casco” en un avión.

The New York Times