Un grupo de turistas franceses, a quienes la propaganda de Andrés Izarra les vendió en los diarios de París las maravillas de Choroní, se vieron obligados el pasado martes a salir despavoridos en lanchas de este hermoso paisaje natural. La causa: la represión brutal, con perdigones y gases lacrimógenos, que Poliaragua le dio como respuesta a los pescadores que protestaban porque el pueblo no solo no recibe agua potable sino que unas obras emprendidas por la gobernación hicieron que las aguas negras se vertieran hasta el mar, y así no se puede pescar nada. Un dato para Cheverito, que anda con Four Runner picando cauchos por esos parajes.
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