El director de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), José Khan, contempló este viernes la posibilidad del uso de máquinas captahuellas para la prevención de los fraudes que involucren los cupos viajeros. La medida, desde ya, levanta varios cuestionamientos en materia de política económica.
Si bien, la idea de que el usuario pueda activar el cupo de su tarjeta de crédito solo minutos antes de salir del país parece una medida de prevención interesante, expertos afirman que se trataría de no más que un control sobre otro control, y que lo necesario es atender el problema de la oferta de divisas de raíz. Así pues, economistas afirman que, mientras la brecha entre el dólar oficial y el paralelo sea tan amplia, el venezolano siempre buscará nueva formas de sobrellevar las medidas de regulación.
Buscarle la vuelta
Henkel García, analista financiero y presidente de Econométrica, opina que "es probable que en el corto plazo la gente evite la práctica de raspar sus cupos. Pero la medida no saca el problema de fondo en sí: la inmensa brecha que hay entre el paralelo y el viajero. La gente siempre tratará de aprovecharse de la situación y revender. El Gobierno tratará de colocar control sobre control y, la gente, nuevas modalidades para saltarse los controles".
De igual forma piensa el economista César Tinoco, quien afirma que "todo esfuerzo para controlar implica un costo que no es superado por el beneficio del control. Es decir, el venezolano ha sido muy práctico en buscarle siempre la vuelta. Estas son más medidas de control".
En otro orden, en cuanto a las posibles fallas que podría presentar a corto plazo la nueva modalidad, García sitúa la necesidad de que se trate de un sistema perfecto. "Una de las preocupaciones es ¿qué pasaría si hay un problema con la activación y llegas a tu destino sin poder usar tu tarjeta? El sistema tendría que funcionar de manera perfecta, porque no deja un margen de error".
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