sábado, 1 de junio de 2013

El monarca del Caribe navega todo el año

Un viaje caribeño sin necesidad de visa norteamericana y en el que el idioma oficial es el castellano. Foto: Daniel Flores
Cartagena, Aruba, Curazao y más, a bordo del Monarch of the Seas, en un itinerario de estreno

Uno de los rasgos más vistosos de Curazao es el puente peatonal móvil del puerto de Willemstad. Ahora, el puente acaba de cerrarse otra vez, luego de dar paso a un barco pesquero, y docenas de transeúntes a cada lado del canal comienzan a atravesarlo. Desde Otrobanda hacia Punda, la vieja y colorida Willemstad, avanza gran cantidad de norteamericanos, pasajeros del imponente crucero Carnival Breeze, que arribó a la isla minutos atrás. En dirección contraria marchan, sobre todo, colombianos, venezolanos y argentinos, listos para embarcar en el Monarch, de Pullmantur, que pronto dejará Curazao para retomar su ruta por el Caribe sur. Ambos grupos se encuentran en el centro del puente, se mezclan y se vuelven a dividir en un curioso ballet.

Los cruceristas norteamericanos no son ninguna novedad. Los latinos, en parte, sí. Viajan con la empresa de origen español Pullmantur, que tampoco es extraña en la región, pero que este año ha decidido nada menos que triplicar su presencia con este crucero dirigido fundamentalmente al mercado hispano, con salidas ininterrumpidas todo el año. El itinerario en cuestión, de siete noches, une Cartagena (Colombia) con Oranjestad (Aruba), La Guaira (Venezuela), Willemstad (Curazao) y Colón (Panamá). Dos de las jornadas son de navegación pura.

Pullmantur tiene sede en Madrid, pero pertenece desde 2006 al megagrupo norteamericano Royal Caribbean. De todos modos, su identidad sigue siendo españolísima, lo cual no necesariamente ayuda por estos días. "Con 27 por ciento de desempleo, los españoles no están para demasiados viajes de largo radio", justifica el gerente José Manuel Martín, director comercial para América latina de Pullmantur, al explicar los detalles de la fuerte apuesta por países como Colombia, Venezuela, Brasil y la Argentina.

LA GUAIRA. Esta escala se justifica sobre todo por el embarque de nuevos pasajeros. Sin excursiones contratadas, no hay mucho que hacer en las inmediaciones del puerto, que de cualquier modo no es zona recomendable para un crucerista prudente. Pero las mismas excursiones son. complejas. Todas apuntan a Caracas, que está a una hora o más del puerto y no ofrece mucho en términos estrictamente turísticos en sólo un fugaz sobrevuelo. Por la repercusión entre los pasajeros, no extrañaría que en esta instancia el itinerario registre alguna modificación con el tiempo.