miércoles, 23 de febrero de 2011

Carúpano bien vale unos chorizos

"Si vas a Carúpano, no te vengas sin unos chorizos de las hermanas González", es un encargo común a quienes viajan hacia el estado Sucre.

En Carúpano se hacen a diario centenares de kilos de los exquisitos chorizos que simbolizan, en mucho, a la gastronomía regional, pero los de las González están entre los más buscados.

La historia se remonta a 1880. Desde entonces, en una solariega casa en la calle Urica, Carúpano conserva los secretos del aderezo que dos recordadas margariteñas del siglo XIX le añadieron. Ellas, sus hijos y nietos, la convirtieron en una industria familiar.

"Mi abuela Juana y su hermana Petronila, las pioneras, llegaron a Carúpano, a fines del siglo XIX y se dedicaron a la elaboración del chorizo, con una técnica que perdura por cinco generaciones", afirma Antonia "Toña" González. 

Su padre, el carupanero Dionisio González casó con Antonia Manuela, una de las hijas de Juana "La Margariteña", como fue conocida su abuela. Crearon la firma "Hermanas González", para darle formalidad al negocio, heredado por sus seis hijas.

El chorizo que elaboran conserva su sabrosura artesanal. Se han diversificado y ahora atienden pedidos hasta de grandes cadenas de supermercados.

"Yo soy una de las seis hermanas González, pero ya no estoy al frente del negocio. De eso se encargan ahora mi sobrina Nidia y su esposo Chuchú García, quienes han hecho crecer la producción y conservan la tradición que le dieron sus fundadoras y mis padres", dice con orgullo "Toña" por la fama que tiene el chorizo que hacen y que ha merecido mucho reconocimiento.

La carne marca la diferencia. El embutido se hace con tripa de cerdo. El tamaño varía entre tradicional (de 4 cm) y parrillero (7 cm). Hay opciones de pollo, pavo, picantes y de cerdo con poca grasa ("light").

Una publicación del Ministerio de la Cultura categoriza, a los chorizos de "Las Hermanas González" como patrimonio cultural del estado Sucre, tal como se glorificó en el pasado a su café, al cacao y a su carpintería, actividades que le han dado lustre a la región, desde la época cuando se asentaron en ella algunas familias europeas de origen corso. 

"Esta familia que se ha levantado con esta actividad. Hijos, nietos y sobrinos, todos hemos pasado por el oficio de hacer chorizo y las no menos preponderadas morcillas", dice, sonriente, Chuchú García.

Evaristo Marín/Rossana Galarraga / http://www.ultimasnoticias.com.ve/

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