Díaz Menéndez, médico internista con más de veinte años de experiencia especializada en enfermedades infecciosas, medicina tropical y salud internacional, advierte también del aumento de casos de dengue importados en Europa y en España a consecuencia de los viajes.
Actualmente, es presidenta del Grupo de Estudio de Patología Importada de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). En su actividad investigadora, ha publicado decenas de trabajos sobre enfermedades importadas, patógenos emergentes y salud del viajero.
Experta en el abordaje de patologías importadas y en el manejo de brotes epidémicos. En el ámbito académico, es docente desde 2009 y ha sido coordinadora de programas universitarios y másteres.
Los viajes internacionales estivales refuerzan la necesidad de prevenir el dengue
Por Marta Díaz Menéndez, coordinadora de la Unidad de Patología Importada y Salud Internacional del Hospital La Paz-Carlos III
El dengue es una infección viral transmitida por mosquitos del género Aedes, principalmente Aedes aegypti y Aedes albopictus.
La enfermedad se manifiesta con fiebre elevada, cefalea intensa, dolores articulares y musculares, erupción cutánea y astenia prolongada. En la mayoría de los casos, el cuadro es leve y se resuelve en pocos días; sin embargo, puede complicarse gravemente con hemorragias, fracaso multiorgánico y shock, poniendo en riesgo la vida.
La amplia distribución geográfica de estos mosquitos y las condiciones climáticas favorables en regiones tropicales y subtropicales hacen del dengue una amenaza sanitaria de gran impacto global.
Los viajes de verano, un riesgo para traer el dengue
Con la llegada del verano, cada vez más personas viajan desde España al extranjero, especialmente por turismo.
Este aumento de la movilidad internacional hacia estos destinos donde el dengue es endémico incrementa notablemente el riesgo de importar casos a nuestro país, lo que hace fundamental intensificar las medidas preventivas a nivel individual y colectivo.
A escala global, el dengue es una de las enfermedades transmitidas por mosquitos más prevalentes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a finales de agosto de 2024 se notificaron más de 12,3 millones de casos, casi el doble que en 2023, con una población en riesgo que supera los 4.000 millones de personas.
La OMS estima que esta cifra podría aumentar hasta 5.000 millones para 2050 si no se aplican estrategias efectivas de control y prevención.
En Europa, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) alertaba el pasado 1 de julio sobre la extensión del mosquito Aedes albopictus, que actualmente está ya presente en 16 países europeos.
Desde que se identificaron los primeros casos de dengue autóctono en Europa en 2010, el número ha ido aumentando, con 304 casos notificados en 2024, más del doble que el año anterior. Este crecimiento refleja cómo el cambio climático está prolongando la temporada de mosquitos y favoreciendo la transmisión local del dengue.
En España, el Informe Epidemiológico 2024 del Instituto de Salud Carlos III reportó un récord histórico de 1.119 casos de dengue en las 17 comunidades autónomas, siendo el 99,8 % de los casos importados, principalmente de Asia y Oceanía (89,9%), seguidos por América.
En la Unidad de Patología Importada y Salud Internacional del Hospital La Paz-Carlos III diagnosticamos en 2024 cerca de 150 casos en viajeros internacionales, lo que evidencia una tendencia creciente.
En este mismo año, se confirmaron ocho casos autóctonos en Cataluña, lo que subraya el riesgo emergente de transmisión local favorecido por la expansión del Aedes albopictus en España.
El dengue es endémico en regiones de Asia, Oceanía, América Latina y África, donde los climas cálidos y húmedos favorecen la reproducción de los mosquitos vectores.
Cuatro serotipos del virus del dengue
La infección está causada por cuatro serotipos del virus (DENV-1 a DENV-4), lo que implica que una persona puede infectarse hasta cuatro veces en su vida, una por cada serotipo.
Mientras que la primera infección suele ser leve o moderada, las infecciones secundarias o posteriores con serotipos diferentes incrementan el riesgo de dengue grave. Esto exige una vigilancia constante y una prevención activa para evitar complicaciones severas.
No existe tratamiento antiviral específico para el dengue, por lo que la prevención es la principal herramienta para evitar la infección.
Prevenir el dengue
Es fundamental protegerse de las picaduras del mosquito, que son más frecuentes desde el amanecer al atardecer y durante la temporada de lluvias.
Se recomienda usar ropa clara, manga larga y pantalones largos, alojarse en espacios protegidos con mosquiteras o climatizados, y aplicar repelentes que contengan principios activos eficaces y de manera adecuada, evitando el contacto con ojos, mucosas o piel irritada, y siempre después del protector solar.
Además, es imprescindible eliminar recipientes con agua estancada donde el mosquito pueda reproducirse.
El control del mosquito tigre, cuya presencia ha crecido en diversas regiones españolas y europeas, es clave para reducir el riesgo de transmisión local. Este esfuerzo requiere una coordinación estrecha entre autoridades sanitarias, entomólogos y la participación activa de la comunidad para mantener ambientes libres de criaderos.
La vacunación frente al dengue es una forma de prevención que complementa las medidas de protección personal y control del mosquito.
Está indicada especialmente en personas que hayan pasado ya un primer episodio de dengue (seropositivos), en los que la vacuna ofrece protección frente a los cuatro serotipos del virus.
También puede ser útil en determinados grupos de viajeros sin antecedentes de infección previa por dengue, siempre bajo valoración médica individualizada. Su uso es especialmente recomendable en viajeros frecuentes o de larga estancia a zonas con brote activo o a áreas de transmisión local.
Abordar el problema del dengue requiere un enfoque integral que combine vigilancia epidemiológica, control del vector, prevención personal y protección vacunal.
Es fundamental concienciar a la población sobre la importancia de adoptar medidas de protección frente a las picaduras de mosquitos y acudir a centros de vacunación internacional con la suficiente antelación para recibir asesoramiento individualizado.
Solo a través de la colaboración entre autoridades sanitarias, profesionales y ciudadanos podremos controlar eficazmente esta amenaza creciente para la salud pública.
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