martes, 14 de octubre de 2025

Lo normal es crecer poco


“Este es mi presupuesto. Dame lo más que puedas. Todo. Lo más”. La agente de viajes me cuenta cómo desde el final de la pandemia los clientes llegaban a su oficina y pedían cualquier cosa con tal de marcharse, de cambiar de aires, de volar, de escapar. Al precio que fuera.

Así en 2023 los precios de los alojamientos subieron. Y la demanda aguantó. E incluso volvió a subir en 2024. Lo nunca pensado. Y los precios volvieron a aumentar. Y la demanda no falló. “Dame lo más que puedas”, que si los precios son más caros será un producto peor, pero aun así y todo, la gente quería huir.

En 2025, sin embargo, se nota el fin del crecimiento desmesurado y el regreso a la normalidad, a los aumentos de demanda de un dígito o, incluso, del estancamiento.

Pero no hay que olvidar lo que ocurrió en estos últimos años: hemos subido tanto que el estancamiento tiene lugar en las alturas, donde jamás habíamos imaginado llegar. No debemos perder la perspectiva: 2025 no registra aumentos como había ocurrido en años anteriores, pero los consolida, lo cual es ya muchísimo.

Ya les gustaría a otros sectores esta situación. Incluso a sectores tradicionalmente fuertes. Lo que vive el turismo era impensable y hoy se consolida como un sector irresistible, de éxito, al que la demanda no es capaz de resistirse. Si vivimos en una sociedad de consumo, el de viajes y vacaciones es el caso más prototípico.

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