Puerto Rico se está convirtiendo, paso a paso, en un destino turístico inclusivo, que ofrece una experiencia acogedora y enriquecedora a los visitantes con diversidad funcional.
En todo el mundo hay 1.300 millones de personas con algún tipo de discapacidad, lo que supone un segmento importante y creciente del mercado turístico al que hay que atender como merece.
Sólo en 2022, los viajeros con necesidades especiales de accesibilidad aportaron 58.000 millones de dólares a la industria turística, y se espera que esta cifra siga aumentando.
En los últimos años, Puerto Rico ha trabajado en estrecha colaboración con expertos para mejorar la accesibilidad y la inclusión en la Isla, adaptando las experiencias a la diversidad funcional de cada viajero, y sigue mejorando sus credenciales en esta materia.
Consciente de lo que realmente es necesario e importante para este colectivo, le importa a esta comunidad, la Isla caribeña se ha comprometido a seguir evolucionando y hacer hincapié en cinco factores clave: seguridad, servicios de salud y movilidad, transporte eficiente, barreras físicas mínimas y experiencias personalizadas.
Como resultado, actualmente Puerto Rico cuenta con excelentes instalaciones y servicios que dan apoyo a los visitantes con necesidades especiales.
Playa de Luquillo y tours de bioluminiscencia en silla de ruedas
Un buen ejemplo de esta accesibilidad es la playa de Luquillo, sede de la iniciativa Mar Sin Barreras. Este proyecto proporciona accesos para sillas de ruedas desde el aparcamiento hasta la arena, sillas de playa anfibias, dispositivos de flotación y personal cualificado que ayuda a los visitantes a entrar en el mar con seguridad, y todo ello de forma gratuita.
Mar Sin Barreras simboliza el compromiso de Puerto Rico con la accesibilidad a las playas y el turismo inclusivo.
Más allá de la playa, la colaboración con Puerto Rico Access Tours garantiza una exploración de toda la Isla. Ya sea desde Fajardo, Luquillo o San Juan, estas excursiones guiadas por expertos se adaptan a cada persona, ofreciendo transporte accesible para sillas de ruedas, guías bien formados e itinerarios increíbles, como la mágica excursión a la bahía bioluminiscente de Laguna Grande, que da la bienvenida a los usuarios de sillas de ruedas para remar por aguas brillantes bajo el cielo nocturno.
Aguadilla, El Yunque y el patrimonio cultural
Otro ejemplo es la colaboración entre Pa'l Agua y Cocoloba en Aguadilla. Pa'l Agua ofrece una auténtica experiencia frente al mar complementada con alojamientos accesibles de alquiler a corto plazo a través de Cocoloba. Juntos, organizan una estancia perfecta que fomenta la confianza y la inclusión de los viajeros con dificultades de movilidad.
Puerto Rico también destaca por su amplia oferta de atracciones accesibles en toda la Isla. Las históricas fortalezas, museos e iglesias del Viejo San Juan cuentan con entradas, rampas y ascensores, lo que permite a los visitantes explorar siglos de patrimonio cultural.
En las cercanías, playas muy accesibles, como Escambrón y Luquillo, ofrecen aparcamiento, paseos marítimos, aseos e incluso sillas de ruedas para la playa. Los amantes de la naturaleza también pueden aventurarse en El Yunque, donde los senderos y los centros de visitantes accesibles permiten disfrutar a todos de los impresionantes paisajes de la selva tropical.
Además, los viajeros pueden contar con servicios de alquiler como Accesible Puerto Rico, que ofrece scooters, sillas de ruedas, oxígeno y equipamiento para el baño en toda la Isla, con entrega directa y asistencia de emergencia las 24 horas del día, los siete días de la semana, lo que garantiza la independencia y la tranquilidad durante todo el viaje.
Gracias a su colaboración con Mar Sin Barreras, Puerto Rico Access Tours, Pa’l Agua, Cocoloba y los principales proveedores de accesibilidad, Puerto Rico demuestra que el turismo inclusivo es fundamental para la identidad del destino.
Con personal cualificado, infraestructuras adaptadas, transporte accesible e itinerarios personalizados, Puerto Rico ofrece a todos los viajeros la libertad de disfrutar plenamente de su vibrante cultura, sus exuberantes paisajes y sus tranquilas playas.
Dónde alojarse
Fairfield by Marriott Luquillo Beach destaca como una excelente opción para viajeros con discapacidad, ya que combina a la perfección comodidad, ubicación y accesibilidad. Este hotel ofrece ocho plazas de aparcamiento reservadas y una entrada sin escalones, lo que garantiza la facilidad de llegada a los huéspedes con movilidad reducida. Los ascensores con puertas anchas, la señalización en braille y las zonas comunes accesibles para sillas de ruedas, como el centro de negocios; el restaurante y el gimnasio, subrayan el diseño inclusivo del establecimiento.
Las habitaciones accesibles incluyen duchas y bañeras adaptadas, además de dispositivos para personas con discapacidad auditiva y alarmas visuales previa petición. Además, la piscina exterior cuenta con una grúa para ayudar a los bañistas con movilidad reducida.
Situado a pocos pasos de la playa de Luquillo, certificada con bandera azul, con sus aguas tranquilas y fácil acceso a la playa, esta ubicación aumenta aún más el atractivo del hotel para experiencias de viaje inclusivas. Con su infraestructura y su servicio atento, Fairfield by Marriott Luquillo Beach apoya de manera plena la hospitalidad accesible en Puerto Rico.
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