El no ya tan nuevo gobierno de Javier Milei ha abierto el mercado de la aviación en Argentina y FlyBondi, una de las low cost que operan en el país, inicia su expansión aprovechando los paros y los precios poco competitivos de Aerolíneas Argentinas, el rival estatal (Otro bandazo argentino).
Como a FlyBondi le urge ocupar el hueco posible, ha salido a alquilar aviones en régimen ACMI, o sea con plantilla, avión, seguros y mantenimiento, y lo ha conseguido con AlbaStar, la aerolínea mallorquina que está profundamente vinculada con Italia (Albastar sale de las pérdidas y busca un inversor de futuro).
AlbaStar ya puso uno de los dos aviones en Ezeiza, el principal aeropuerto de Buenos Aires, tras un viaje de 17 horas, partiendo de Palma, con escalas en Cabo Verde y Natal (en Brasil).
AlbaStar está saliendo de unos años turbulentos: se dedicó bastante tiempo a los vuelos regulares en Italia, uno de los mercados más competitivos de Europa. Tenía bases en Trapani (Sicilia) y Milán. También se especializó en vuelos a lugares de peregrinación religiosa. Sin embargo, su cambio económico tuvo lugar hace poco más de un año cuando la compañía se volcó en el chárter, sobre todo hacia Mallorca, y en el servicio ACMI, o sea trabajar para otras compañías.
El ACMI evita el riesgo económico de la operación porque el que vende los billetes, el que busca al cliente no es AlbaStar sino la aerolínea contratante, con lo que el beneficio está determinado de antemano.
FlyBondi, por su parte, compite en Argentina con JetSmart, del grupo de Indigo Partners, matriz también de Wizz Air. Nació en ese país cuando gobernaba la derecha, que liberalizó el mercado. Con el regreso del peronismo se le impusieron precios mínimos para que la aerolínea estatal pudiera competir. Ahora, nuevamente se desregula el mercado.
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