Arranquemos con la cita a Mark Zuckerberg, tomada de una entrevista muy reciente en The Verge.
“Los creadores o editores individuales tienden a sobreestimar el valor de su contenido específico”.
Es toda una declaración de principios. Y tiene un foco muy evidente: los grandes modelos de lenguaje que están desarrollando las tecnológicas requieren de enormes volúmenes de contenidos para poder ser desarrollados, y para entrenar sus algoritmos. El contenido presente en la Red fue el campo de entrenamiento donde estas empresas usaron todos esos materiales de manera gratuita. Es como si durante años muchos de nosotros creamos textos, fotos, videos, etc, que sirvieron finalmente para la creación de plataformas de machine learning e inteligencia artificial. No es una linda conclusión, pero es lo que claramente hoy se ve en Internet.
En el excelente newsletter Disconnect, escrito por Paris Marx, se piensan todas estas ideas de Zuckerberg en relación con un posicionamiento muy claro: miremos el futuro. En medio de años de escándalos relacionados con Facebook y sus muchos problemas de privacidad y moderación de contenidos, en el último año Zuckerberg y sus gestores de prensa reenfocan eventos como Meta Connect con una agenda que propone mirar los próximos años con especial énfasis en la inteligencia artificial, la realidad aumentada y algo de realidad virtual -pero de esto último ya no tanto. Si siguen las noticias de tecnología seguro vieron esos prototipos de anteojos de Meta, que permiten incorporar la realidad aumentada a ese tipo de dispositivos de manera muy sorprendente. Aunque es difícil saber para cuando llegarán al mercado -si es que lo hacen- porque los prototipos por ahora cuestan 10 mil dólares cada uno.
Hay una combinación de necesidad económica -poder explotar de manera gratuita esos enormes volúmenes de contenidos disponibles en la Red- y posicionamiento político, destinado a no debatir sobre el conflictivo presente sino sobre un brillante futuro. En el medio, Meta sigue con la continuidad de una política de gestión de contenidos en sus plataformas donde se tiende a «desenfatizar» las publicaciones sobre política y relacionadas con las noticias. Las propiedades de Meta -Facebook e Instagram en particular- cada vez envían menos visitantes hacia terceros sitios; de hecho, hace tiempo son bastante irrelevantes en ese sentido.
Y como planteaba en mi presentación en el XV Congreso Internacional de Turismo, creo que estamos recién en el comienzo de los cambios en la relación entre contenidos, inteligencia artificial y vida cotidiana. Habrá que ver si los asistentes digitales basados en machine learning / inteligencia artificial realmente logran ser exitosos a partir de su uso en los teléfonos móviles. En ese punto seguramente vamos a tener que dar otra conversación: que tan útiles y monetizables son los contenidos sobre viajes (o cualquier tema) en la Red si va a ser cada vez más sencillo acceder a ellos a través de un asistente de voz, reempaquetados y personalizados para cada uno de nosotros.
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