Probablemente nunca nadie se haya podido imaginar, hace cuarenta o cincuenta años, que un día una aerolínea podría tener hasta 20 mil empleados volando en sus aviones (Emirates introduce el séptimo vuelo diario a Heathrow con un B777).
No es sólo eso lo llamativo, sino que además su personal habla 130 idiomas y pertenece a 140 diferentes nacionalidades. Una verdadera Naciones Unidas. Y, lo más particular, Emirates sigue buscando empleados a toda velocidad.
La compañía ha organizado jornadas de captación de plantilla en 340 ciudades en todo el mundo, lo que explica este panorama multicultural.
Unos cuatro mil empleados de Emirates llevan entre cinco y nueve años en la compañía; otros tres mil llevan entre diez y catorce años; y apenas mil quinientos llevan en la compañía entre quince y diecinueve años, con sólo cuatrocientos por encima de los veinte años.
Lógicamente, esto se explica por su crecimiento fulgurante. Emirates, además, dispone de un programa de mejora, con más de mil jefes de tripulación de cabina.
A partir de ahí, lógicamente, el personal de Emirates no se diferencia mucho del de otras aerolíneas en formación y competencia. Si acaso, se parece mucho más a Qatar o a Etihad, por los perfiles más habituales, pero poco más.

La compañía ha organizado jornadas de captación de plantilla en 340 ciudades en todo el mundo, lo que explica este panorama multicultural.
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