sábado, 26 de noviembre de 2022

El alquiler vacacional nos deja sin viviendas


Yo no hubiera previsto lo que está ocurriendo. Sin embargo, era evidente que el alquiler vacacional tenía que ser problemático. Para mí, su peor efecto tenía que ser en el empleo: genera muy poco o ninguno, en contra de lo que ocurre con los hoteles. El alquiler vacacional son propietarios que atienden las viviendas en sus ratos libres, sin plantillas propias, sin compromisos y yo creí que eso sería muy negativo.

Sin embargo, al final, el efecto no ha sido tan grave en términos de empleo, como en la modificación del mercado de la vivienda. Y esto también se explica fácilmente.

Sólo en Baleares legalmente se han registrado más de cien mil viviendas. Es muy común conocer muchas viviendas que operan en este mercado ilegalmente, pero es imposible cuantificar la cifra. Incluso aunque sólo fueran cien mil, o sea residencia para un mínimo de doscientas mil personas en un archipiélago de un millón de habitantes, el mercado lo tiene que acusar. La vivienda de alquiler se tenía que disparar de precio, como ha sucedido.

Ocurre lo mismo en incontables ciudades españolas, sobre todo allí donde la vivienda vacacional es popular, como en las zonas turísticas peninsulares y, por supuesto, Canarias.

Esto hace que quien sigue con su vivienda en el mercado del alquiler para residentes haya subido los precios.

Es decir, que hemos provocado un desastre: las familias humildes, que han de desplazarse para buscar un empleo, los jóvenes que buscan su primera vivienda emancipados, se encuentran atrapados en un laberinto loco, demencial, del que nadie sabe cómo salir.

Y las autoridades políticas, a otra cosa, porque no saben cómo poner orden.

El problema es descomunal y lo vamos a arrastrar durante mucho tiempo. Al final, quienes pensábamos que de la misma manera que mi casa no puede ser empleada como restaurante, aunque cada día allí cocinamos y comemos, tampoco puede ser un hotel. Los motivos que no veíamos antes, los vemos ahora. Y son desastrosos.

https://www.preferente.com/

1 comentario:

  1. Es decir, que hemos provocado un desastre: las familias humildes, que han de desplazarse para buscar un empleo, los jóvenes que buscan su primera vivienda emancipados, se encuentran atrapados en un laberinto loco, demencial, del que nadie sabe cómo salir.

    ResponderEliminar