El fabricante americano de aviones Boeing solía ser visto como una máquina de hacer dinero: tenía una tecnología incomparable, disponía de una reputación de primera y su producto, los aviones, se utilizaban cada día más. Pero los dos accidentes del 737 Max y las revelaciones de irregularidades en sus procesos productivos han supuesto un serio revés a su tesorería.
Este verano, con 3.300 millones de dólares de pérdidas, sólo en julio, agosto y septiembre, ha sido demoledor. No sólo han influido en ello las pérdidas de la aviación comercial, que fueron de 643 millones (debido a un alza de las ventas que alcanzaron los 6.300 millones) sino también por los malos resultados del área militar, que tuvo números rojos por 2.800 millones.
Afortunadamente para la compañía, parece que la caja de sorpresas negativas que fue el desastre del 737Max está ahora controlada y no se esperan muchos más daños que los que afectan a la reputación y la pérdida de clientes de toda la vida.
La mejor rama del negocio vuelve a ser Boeing Global Services, que viene a ser el servicio post-venta, que siempre ha ido bien y que ha tenido en el periodo indicado unos beneficios de 733 millones.
El trimestre analizado tuvo la noticia positiva de la recuperación de las entregas del B787 que, aunque no ha tenido siniestros, tuvo que paralizar sus entregas por problemas en sus procesos productivos desde el punto de vista de la seguridad, por lo que había intervenido la FAA con sus inspectores. Y es que ahora, tras los dos siniestros, Boeing está bajo la lupa.
No obstante, sería incorrecto proyectar las cifras de este trimestre sobre el resto del ejercicio porque por trimestres, los resultados pueden ser extremadamente dispares.
Como reveló REPORTUR.mx, Boeing compartió el pronóstico de la región como parte de su Perspectiva del Mercado Comercial 2022, con una proyección anual a 20 años de la demanda de aviones comerciales y servicios.
David Franson, director Regional de Pronóstico de Mercados de Boeing, detalló la previsión que la compañía tiene acerca de la demanda en la región de América Latina y el Caribe, con 2.240 nuevos aviones. En su mayoría se trata de aviones de pasillo único que se utilizan para las distancias cortas dentro de la región, con lo que muestra el poco interés por aparatos de largo radio (Boeing ve a aerolíneas latinas sin interés en aviones de largo radio)
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