domingo, 18 de septiembre de 2022

Holanda presume de incompetentes


Que en abril el aeropuerto de un país como Holanda se quedara colapsado no tiene perdón. Porque Schiphol, el hub de Ámsterdam, es con diferencia el más importante del país. Es uno de los tres aeropuertos más importantes de Europa, clave para Países Bajos (Schiphol sigue sumido en el caos dos meses después).

Que en julio este desastre se mantuviera indica que sus directivos son unos incompetentes porque hasta el aeropuerto más marginal del mundo habría tenido tiempo para resolver sus problemas.

Pero que el 15 de septiembre se tenga que aplicar una nueva reducción del número de viajeros hasta los 54 mil diarios indica que los responsables simplemente no sirven para ocupar un cargo así, lo cual en realidad destapa otro problema (Schiphol reduce otro 18% los pasajeros diarios).

Tanto en Schiphol como en muchos negocios aeronáuticos y turísticos europeos, los responsables son incompetentes que disimulan la falta de cualificación detrás de potentes estructuras llenas de empleados que impiden que los golpes lleguen a la dirección. Así cayó Thomas Cook, por ejemplo, tras décadas arrastrándose por los mercados, y después de una interminable lista de ejecutivos incapaces de comprender el problema y, aún peor, de tomar decisiones sensatas.

La crisis del Covid ha demostrado que estos directivos constituyen una estructura que se autoprotege, que no tiene ni idea de qué tiene entre manos, y que contamina todo lo que toca. Ahora lo vemos en Schiphol, 'gracias' a la pandemia. Pero antes lo pudimos ver con la quiebra de Swissair, por ejemplo, muestra idéntica de la falta de competencia entre los directivos, eso sí estupendamente bien pagados.

Obviamente, la imagen de Holanda queda tocada, como también le ocurrió a Alemania con la construcción del aeropuerto Brandenburgo. Nadie se libra de la incompetencia, por lo visto (El nuevo aeropuerto de Berlín, en quiebra tras un año de vida).

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1 comentario:

  1. la imagen de Holanda queda tocada, como también le ocurrió a Alemania con la construcción del aeropuerto Brandenburgo. Nadie se libra de la incompetencia, por lo visto

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