Esto va en serio. Los chinos no son los rusos. Se han tomado su tiempo, pero finalmente parece que están llegando a poder operar su nuevo avión, el C919, que va a competir directamente con el Boeing 737 y con el Airbus 320 (Vuela con éxito el primer avión Comac 919 chino).
Este fin de semana, el avión completó todos los test necesarios para la certificación que da la Aviación Civil China. El fabricante, Comac, hizo el anuncio en su cuenta oficial de WeChat, donde estaba una imagen de la aeronave con una felicitación.
Antes, en julio, la compañía dijo que las pruebas avanzaban a buen ritmo y que estaban cerca del final (Se acumulan los retrasos en el C919 chino, rival del A320).
Aunque normalmente se habla de un certificado, en realidad son tres. Uno indica que el diseño cumple con las exigencias; otro es un certificado de producción, según los niveles de calidad exigidos; y, tercero, el certificado individual de cada avión en particular.
Ahora, Comac ha de esperar a que se entreguen los certificados. Primero se entregará el del modelo y después, en seguida, los otros dos.
Una vez estén los certificados, Comac podrá empezar a formar pilotos y hacer exhibiciones comerciales. Es decir, podrá salir a vender el avión. Es muy probable que en 2023 pueda haber ventas del modelo.
El avión es similar a los occidentales señalados, con una capacidad que va entre los 160 y 190 pasajeros.
El desarrollo ha sido lento. Se aprobó su construcción en 2006, pero no se ha acabado hasta ahora. Es el primer avión del mundo que desafía a las dos grandes en el segmento clave, el de más ventas. Rusia también lo intentó, pero habitualmente sus modelos presentan dificultades comerciales importantes.
Los chinos no se engañan. El presidente de Comac dice que “habrán de pasar veinte años para saber si somos capaces de competir con Boeing y Airbus”. Porque el negocio es complicado y lo que hay en juego es muy trascendente (China competirá con Boeing y Airbus con su nuevo avión).
Los chinos no se engañan. El presidente de Comac dice que “habrán de pasar veinte años para saber si somos capaces de competir con Boeing y Airbus
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