España es uno de los países con la mayor tasa de inflación de Europa y eso se hará notar en las vacaciones en la temporada de verano, que figurarán entre las más caras de la historia. Según datos recopilados por El Mundo, el aumento medio del precio por habitación en nuestro país se situará en torno a un 10% respecto a 2019, con cotas mucho más altas en destinos clásicos de turistas internacionales. (Los turistas españoles se olvidan del Covid: la inflación es ahora la gran amenaza)
El peor registro se obtiene en Baleares, donde las tarifas podrían encarecerse en alrededor de un 40%. El archipiélago asume alzas del 35% en establecimientos de tres estrellas (172 euros por noche), y del 27% en los de cinco durante los meses de julio o en agosto. (La inflación amenaza el “boom” turístico en verano)
Canarias o la Costa del Sol vislumbran cifras similares. La primera verá incrementos de hasta un 38% en los hoteles de cinco estrellas, según los cálculos de Mabrian. Por su parte, en los destinos sureños, una habitación en hotel de cuatro estrellas cuesta 170 euros, un 38% más que en 2019.
El experto en turismo del IESE Business School, Philip Moscoso, reconoce que “los destinos internacionales serán los que más subirán de precio, porque son los que más han sufrido, y psicológicamente habrá una propensión a recuperar”. Un hecho que puede resentir la demanda nacional si se mantiene en las próximas semanas.
En cambio, el socio de McKinsey & Company responsable del sector de Turismo en España, Javier Caballero, considera que “la inflación se notará en la mayoría de servicios y productos in situ”, pero “el efecto será aún limitado porque muchas reservas se hicieron hace varios meses, antes de la subida”.
Toda esta problemática podría derivar en una pérdida de atractivo como destino turístico, con otros países que podrían arrebatarnos turistas de muchos mercados. Según Moscoso, “España podría empezar a ver a turistas anteponiendo destinos alternativos más baratos (Turquía, Grecia, Egipto, etc.), o acortando su estancia o quedándose en alojamientos más económicos”.
“España podría empezar a ver a turistas anteponiendo destinos alternativos más baratos (Turquía, Grecia, Egipto, etc.), o acortando su estancia o quedándose en alojamientos más económicos”
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