Viajar al sur del del lago de Maracaibo para observar el relámpago del Catatumbo es una de esas experiencias que se quedan en el corazón para siempre, no solo por la majestuosidad del imponente relámpago, sino también, por el entorno natural y la gente que habita en este impresionante lugar. Mi viaje inició, en el aeropuerto Juan Pablo Pérez Alfonso de la ciudad de El Vigía, donde nos esperaba el equipo de viajes Green Travel CA del estado Mérida en un vehículo para llevarnos hasta Puerto Concha, en Santa Bárbara del Zulia. Al llegar a esta localidad abordamos un bote y empezamos a navegar por el río Concha hasta el lago de Maracaibo. En el recorrido vimos impresionantes árboles de más de 40 metros de altura y una asombrosa variedad de aves y monos araguato. Al salir a la desembocadura del río, en el lago de Maracaibo, nos encontramos con los famosos palafitos y de aquí en adelante navegamos durante dos horas más hasta Ologá. Grandes manadas de toninas, que juegan con las estelas que va dejando el bote al navegar, nos acompañaron. Al llegar a Ologa nos recibió el señor Tami en su palafito, un viejo pescador que se mudó del Congo Mirador. Mientras nos refrescamos y nos acomodamos en nuestras hamacas para esperar el relámpago nuestros guías nos prepararon un rico almuerzo.
Al llegar la tarde nos relajamos y empezamos a disfrutar de un espectacular atardecer, pero el show estaba por comenzar. En la noche empezamos a mirar a nuestro alrededor buscando algún rastro de luz que nos indicara que ese día lo íbamos a ver. De pronto a los lejos y en medio de la oscura y tranquila noche se empezó a ver una luz en el cielo detrás de las nubes y luego otro, y otro más, es el relámpago del Catatumbo que jugaba con nosotros a ver dónde lo logramos observar. Unas veces aparecía vertical en el cielo y otras veces horizontal entre las nubes, silencioso, sin trueno, no solo iluminaba los manglares y los palafitos, también iluminaba mi corazón. Como guía turístico este increíble fenómeno natural, único en el mundo, marcó un momento único en mi vida.
En la mañana, después de desayunar nadamos en las lagunas que se hacen entre los manglares. Es increíblemente reconfortante y hermoso este lugar.
En la mañana, después de desayunar nadamos en las lagunas que se hacen entre los manglares. Es increíblemente reconfortante y hermoso este lugar.
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