Las agencias de viajes italianas advierte del “gravísimo problema” que supone para las empresas legalmente autorizadas la proliferación de competidores que actúan al margen de la legalidad (Turoperadores italianos: “Nos estamos muriendo”).
“Estamos hablando de 38.000 empresas ilegales que provocan en conjunto una evasión fiscal de 2.000 millones de euros. Siguen operando sin interrupciones, privando al turismo de su valor cualitativo y sin aportar nada al PIB del país”, lamenta el vicepresidente de Fiavet y responsable de la comisión de intrusismo, Giuseppe Ciminnisi.
La asociación italiana afirma que el contexto de dificultad económica “permite a quienes cometen delitos operar mejor y más que antes”, todo ello gracias “al escaso control legal” que existe en el país.
Fiavet pone ejemplos como los viajes parroquiales y los de organizaciones sin ánimo de lucro, entre otros. “Asistimos a la proliferación del fenómeno por el cual las organizaciones que se definen a sí mismas como sin ánimo de lucro se transforman en competidores desleales de empresas legales”, sostiene.
“La batalla de Fiavet contra la competencia ilegal es ya histórica, pero eso no significa que debamos rendirnos, sobre todo en momentos como este”, prosigue la organización, que incide en que en Italia “hay más de 10.000 agencias de viajes autorizadas que solo piden el cumplimiento de las normas”.
“La batalla de Fiavet contra la competencia ilegal es ya histórica, pero eso no significa que debamos rendirnos, sobre todo en momentos como este”, prosigue la organización, que incide en que en Italia “hay más de 10.000 agencias de viajes autorizadas que solo piden el cumplimiento de las normas”.
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