Redacción Caribbean News Digital
Con algunas excepciones, el panorama general de este verano para el turismo europeo no fue como se esperaba. Ciertamente las cifras mejoraron con respecto al año 2020, pero no consiguieron superar el 40% de los números que exhibió el año 2019.
Una nueva investigación de ForwardKeys revela que los vuelos internacionales a destinos europeos en julio y agosto alcanzaron el 39,9% de los niveles pre pandémicos. Esta cifra es significativamente mejor que la del año pasado (que fue del 26,6%), cuando la pandemia de COVID-19 provocó cierres generalizados y las vacunas aún no estaban aprobadas.
Sin embargo, el panorama es muy variado, ya que algunos destinos están mucho mejor que otros. Las perspectivas tampoco mejoran, ya que las reservas se ralentizaron hacia el final del periodo estival.
En cuanto a los resultados por países, Grecia fue el más destacado. Logró el 86% de las llegadas de julio y agosto de 2019. Le siguió Chipre, que logró el 64,5%, Turquía, el 62,0% e Islandia, el 61,8%.
Grecia e Islandia fueron de los primeros países en hacer afirmaciones ampliamente publicitadas de que aceptarían a los visitantes que hubieran sido totalmente vacunados y/o que pudieran mostrar una prueba de PCR negativa y/o que pudieran mostrar una prueba de recuperación de COVID-19.
Los países que salieron peor parados fueron los que dependen más del turismo de larga distancia, como Francia e Italia, y los que impusieron las restricciones de viaje más onerosas y volátiles, como el Reino Unido, que languideció en la parte inferior de la lista, alcanzando sólo el 14,3% de los niveles de 2019.
Excluyendo las compañías de bajo coste, los vuelos intraeuropeos representaron el 71,4% de las llegadas, frente al 57,1% de 2019. La relativa desaparición de los visitantes de larga distancia, que suelen quedarse más tiempo, gastar más y centrar su atención en las ciudades y en las visitas turísticas, quedó subrayada en las clasificaciones de los destinos locales con mejor y peor rendimiento.
Los viajes a Londres fueron especialmente decepcionantes; se situó en la parte baja de la lista de ciudades europeas más concurridas, al conseguir sólo el 14,2% de las llegadas de 2019.
Esa lista la encabezó Palma de Mallorca, también un importante destino turístico de playa, que alcanzó el 71,5% de los niveles de 2019, y Atenas, puerta de entrada a numerosas islas del Adriático, con el 70,2%. Las siguientes grandes ciudades con mejores resultados fueron Estambul, con un 56,5%, Lisboa, con un 43,5%, Madrid, con un 42,4%, París, con un 31,2%, Barcelona, con un 31,1%, Ámsterdam, con un 30,7% y Roma, con un 24,2%.
En comparación, los destinos de ocio se mostraron mucho más resistentes. La clasificación de los principales destinos locales (es decir, los que tienen una cuota de mercado superior al 1%) estuvo dominada por los tradicionales lugares de vacaciones junto al mar o la puerta de entrada a ellos. Los líderes fueron Heraklion y Antalya, que superaron los niveles anteriores a la pandemia en un 5,8% y un 0,5% respectivamente. Les siguieron Tesalónica, con un 98,3%; Ibiza, con un 91,8%; Larnaca, con un 73,7% y Palma de Mallorca, con un 72,5%.
Aparte de las macrotendencias, algunos destinos se comportaron relativamente mejor o peor por razones más específicas a nivel local. Por ejemplo, Portugal, que es uno de los destinos favoritos de los veraneantes británicos, sufrió cuando el Reino Unido cambió su designación de verde a ámbar en junio; y España sufrió a finales de julio cuando Alemania desaconsejó todos los viajes, salvo los imprescindibles.
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Sin embargo, el panorama es muy variado, ya que algunos destinos están mucho mejor que otros. Las perspectivas tampoco mejoran, ya que las reservas se ralentizaron hacia el final del periodo estival.
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