“El camino más claro hacia el universo es a través del bosque salvaje”, Jhon Muir. Me siento completamente identificada con esta frase del reconocido montañista y naturista escocés-estadounidense cuando expresaba sus sentimientos en relación con la naturaleza y la vida salvaje que se encuentra en los bosques.
“Las montañas están llamando y tengo que ir”, es otra cita de Muir, quien ha sido una gran inspiración para mí, por su experiencia como ambientalista, filosofo y biólogo. Y es que literalmente así me siento antes de comenzar a escalar las montañas de Boulder, Colorado, en Estados Unidos.
Disfruto mucho subir montañas en grupo o sola, porque es excitante, es una completa aventura. Cuando llego a la cima de las montañas me da una sensación de libertad, me siento con poder, llena de felicidad, vibrante, satisfecha porque logré mi cometido al terminar un recorrido.
Siempre he sido activa y he practicado varias disciplinas deportivas intensamente, como kickboxing, pero nada me satisface tanto como subir a la montaña, donde respiro aire puro, me desestreso y me desconecto.
Uno de mis lugares preferidos en Colorado son Los Flatirons, unas llamativas formaciones inclinadas de arenisca de color marrón rojizo que forman una parte de las estribaciones de Boulder, convertidas en el monumento más emblemático de la ciudad. Tras subir estas colinas se puede disfrutar de la mejor vista panorámica de Boulder. Para llegar a estas torres rocosas, que brindan un hábitat para la vida silvestre que va desde ardillas y conejos, hasta murciélagos, halcones y osos, se puede hacer desde el parque Chautauqua. Se puede tomar un sendero de fácil acceso que serpentea debajo de los Flatirons o se puede subir por el difícil camino del Royal Arch Trail, que termina en un arco de roca natural con impresionantes vistas de Boulder.
Cuando estoy muy ocupada voy hasta el Boulder Rock Club para entrenar climbing en una pared que tienen en sus instalaciones.
Tras subir estas colinas se puede disfrutar de la mejor vista panorámica de Boulder. Para llegar a estas torres rocosas, que brindan un hábitat para la vida silvestre que va desde ardillas y conejos, hasta murciélagos, halcones y osos, se puede hacer desde el parque Chautauqua. Se puede tomar un sendero de fácil acceso que serpentea debajo de los Flatirons o se puede subir por el difícil camino del Royal Arch Trail, que termina en un arco de roca natural con impresionantes vistas de Boulder.
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