Redacción Caribbean News Digital
En conjunto, las Islas Vírgenes Británicas (IVB) son la capital no oficial de la privacidad en el Caribe. La lista de resorts con categoría cinco estrellas de las Islas Vírgenes Británicas es un refugio de reclusión, y muchos de ellos están situados dentro de sus propias islas.
La más famosa es Necker, de 74 acres, comprada por Richard Branson cuando aún tenía menos de 30 años, y que ahora cuenta con espacio para 40 huéspedes, pero los visitantes amantes de los deportes extremos deberían alquilar en Eustatia, que cuenta con un centro de deportes acuáticos repleto de aparatos, todo ello bajo la supervisión del instructor y kitesurfista profesional Charlie Smith.
Pero además, a partir de octubre, los aficionados a la vela podrán comandar por completo el Saba Rock, de nueve habitaciones, fundado como base de conducción en los años 60 antes de transformarse en hotel, mientras que el enorme Guana, de 850 acres, parece más bien un campo privado para 35 huéspedes.
Todos estos complejos están reabriendo tras un largo periodo de cierre. El huracán Irma arrasó la zona hace cuatro años, arrancando la mayoría de sus árboles y destruyendo o dañando gravemente el 85% de sus instalaciones. Aunque la recuperación fue relativamente rápida, la pandemia llegó entonces con su propia devastación. Ahora, por fin, las Islas Vírgenes Británicas vuelven a estar abiertas, con la ventaja añadida de la llegada de un nuevo complejo turístico de larga tradición: el Aerial.
Situado en Buck Island, de 43 acres, justo al sureste de Tórtola, se cotizó por 25 millones de dólares tras la muerte del anterior propietario y fue adquirido por Britnie Turner, de 33 años. La empresaria y promotora inmobiliaria radicada en Nashville quedó prendada de las Islas Vírgenes Británicas desde su primera visita. Tras los destrozos de Irma, Turner se volcó de inmediato en ayudar al territorio, e incluso se trasladó a las Islas Vírgenes Británicas durante varios meses para ayudar a gestionar los programas de ayuda.
El nuevo hotel pretende apoyar su misión de mejora tanto económica como emocional, de ahí el nombre de Aerial. Para la especialista en viajes Miriam Omphroy, de Embark Beyond, experta en las Islas Vírgenes Británicas, el Aerial “es un paraíso en el paraíso, un lugar tranquilo y curativo donde se puede reconectar con la naturaleza".
Turner concibe la isla privada como un retiro reparador para un máximo de 30 huéspedes. Las cinco residencias, todas con paredes de roca y suelos de madera, están deliberadamente abiertas a la brisa, llevando la naturaleza a las habitaciones. Detalles inesperados, como columpios en lugar de asientos y un estudio de grabación interno, añaden un toque de fantasía. Además, estos edificios están colocados en un conjunto, para proteger mejor el campo, ya que la mayor parte está muy arbolada. Turner está construyendo unas cuantas villas independientes en las inmediaciones, cada una de las cuales puede cumplir una doble función, ya sea para tratamientos de spa o como suite ultra privada de gran tamaño.
La propiedad se gestiona de forma sostenible, con alimentos procedentes de las granjas de las islas. También hay una lista completa de programas de bienestar, desde la terapia de luz roja hasta la curación ambiental. "La naturaleza cambia a las personas", dice Turner. "Te hace encontrar ese propósito, ese significado, la energía para poder superar cualquier obstáculo". También se anima a los huéspedes a devolver algo a la comunidad local, ya sea marcando tortugas para los esfuerzos de conservación o ayudando en la limpieza de los arrecifes. Incluso hay un zoo de mascotas, con un giro: todos los animales han sido rescatados, ya sean cebras destinadas a un rancho de caza en Texas o ponis destinados a un matadero mexicano. Se llama Redemption Farm.
Turner espera que el proyecto que está elaborando en Buck Island pueda convertirse en un modelo que se repita en otros lugares.
El nuevo hotel pretende apoyar su misión de mejora tanto económica como emocional, de ahí el nombre de Aerial. Para la especialista en viajes Miriam Omphroy, de Embark Beyond, experta en las Islas Vírgenes Británicas, el Aerial “es un paraíso en el paraíso, un lugar tranquilo y curativo donde se puede reconectar con la naturaleza"
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