Los turistas británicos se apresuraron a salir de Portugal durante el fin de semana para superar el plazo del martes de una nueva cuarentena impuesta por el gobierno británico a los que regresan de Portugal, ante la preocupación que suscita una peligrosa variante del virus.
Gran Bretaña había incluido recientemente a Portugal, uno de los destinos más populares para los turistas británicos, y a otros 12 países y territorios con un bajo número de casos de coronavirus en una "lista verde", lo que permitía a los visitantes procedentes de Gran Bretaña evitar un periodo de cuarentena al regresar de esos lugares.
Los británicos, fatigados por un invierno miserable y un cierre nacional de cuatro meses, acababan de empezar a acudir en masa a Portugal, porque la mayoría de los otros lugares de la lista verde no aceptaban turistas o no eran ya destinos favoritos. El proceso seguía implicando varios formularios y pruebas de virus PCR, cuyos costes pueden ascender a cientos de dólares.
La decisión del jueves de reintroducir las restricciones fue muy criticada por los operadores turísticos británicos y los políticos de la oposición. Pero el gobierno defendió la medida como un requisito de seguridad sanitaria para ayudar a Gran Bretaña a luchar contra una nueva variante del coronavirus que se detectó por primera vez en la India, conocida ahora como la variante Delta.
El cambio de las normas de viaje de Gran Bretaña para Portugal provocó que miles de turistas británicos tuvieran que pagar un suplemento para volver a reservar vuelos de vuelta anticipados. British Airways y otras compañías aéreas añadieron capacidad de vuelo para ayudar a traerlos a casa.
El domingo, cuando los turistas británicos se dirigieron al aeropuerto de Faro, uno de los principales centros turísticos de la región del Algarve, en el sur de Portugal, la cola se extendía hasta bien entrada la terminal, según informan los periódicos británicos.
La última decisión de cuarentena se produjo menos de una semana después de que miles de aficionados al fútbol ingleses visitaran Oporto, en el norte de Portugal, para ver la final de la Liga de Campeones, sin ninguna restricción de cuarentena.
La última decisión de cuarentena se produjo menos de una semana después de que miles de aficionados al fútbol ingleses visitaran Oporto, en el norte de Portugal, para ver la final de la Liga de Campeones, sin ninguna restricción de cuarentena.
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