lunes, 24 de mayo de 2021

Travesía por los llanos venezolanos, experiencia inolvidable en el Cinaruco. Rubén Guerrero

 

Viajar hasta Apure es una aventura que conecta con la energía de la naturaleza

Visitar los llanos venezolanos es una experiencia única. Disfrutar de un atardecer en los llanos es la mejor medicina para desestresarse. Muchas son las emociones que uno siente al ver como se oculta el sol en el firmamento, en un cielo azul pintado de un amarillo intenso, con trazos naranja en Guárico y Apure.
 
Después de mudarme de esta región hace 28 años, sentía la necesidad de llevar a mi familia a vivir la hermosa experiencia de conectarse con la naturaleza, respirar aire puro con olor a mastranto y ver la inmensidad de la tierra con sus siembras y sus palmas, que parecieran no tener fin, como si no existiera el horizonte, con ríos, pozas y hasta dunas. Lugares ricos en diversidad animal con garzas de diferentes colores, ganado vacuno, búfalos, babas, chiguires y pavones.

Nuestro destino final era Guateral y la aventura era acampar, a orillas del río Cinaruco en compañía de siete familias en un largo viaje por carretera con gente que disfruta conociendo las bellezas de nuestro país.
 
Antes de llegar a Apure, por Calabozo, nos sorprendió una faena de la gente de la zona, quienes arreaban el ganado a orillas de la carretera, lo que nos obligó a detener nuestra travesía para disfrutar de lo que para nosotros fue un espectáculo: llaneros a caballo, silbando y con sus fuetes arreando el ganado para llevarlo a los potreros, con un atardecer de fondo.
Durante el trayecto entre Calabozo y San Fernando de Apure nos acompañó la belleza de los Esteros de Camaguan, una reserva de fauna silvestre en un ambienten pantanoso.

Entre San Fernando de Apure y Puerto Páez, nos paramos en el monumento a Marisela, parte de la ruta Gallegos. Una estatua de uno de los personajes más importantes de Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos.

Otra grata sorpresa fue ver unas dunas en medio de aquella inmensidad de los llanos, y nos detuvimos en Capanaparo para visitar los Médanos de la Soledad y disfrutamos un mundo caminando entre su arena y sintiendo el calor en nuestros pies.

Por la dificultad del camino de arena, nuestra llegada a Guateral fue de noche y no pudimos disfrutar de la belleza del lugar, pero el despertar fue un regalo para el grupo completo, ver el río Cinaruco en todo su esplendor.

El recibimiento de los residentes de la zona fue grato como caracteriza a los llaneros.
Nuestras actividades fueron tantas que nuestra estancia de ocho días quedó corta. Tuvimos la oportunidad de pasear en curiara por el Cinaruco, ver babas y conocer como las atrapan, pescar pavones, y los más arriesgados nadar en un río lleno de peces Caribes. Degustamos deliciosos platos a base de Pavones y Caribes, que fueron pescados por amigos, al poner en práctica sus habilidades deportivas en el río.

Un paseo recomendado por su belleza, ya que parece un oasis en medio de la sequía de los llanos, es visitar el pozo, las Galeras del Cinaruco, un paraíso de aguas cristalinas que emana del suelo, rodeado de una vegetación impresionante.
 
Cada viaje es una experiencia distinta, donde te encuentras con atardeceres, lluvia y mucho calor, es parte de la experiencia. Cuando llegas al hermoso paisaje del río Cinaruco, no lo vas a olvidar jamás y vas a recordar la belleza de Venezuela.

1 comentario:

  1. Un paseo recomendado por su belleza, ya que parece un oasis en medio de la sequía de los llanos, es visitar el pozo, las Galeras del Cinaruco, un paraíso de aguas cristalinas que emana del suelo, rodeado de una vegetación impresionante.

    ResponderEliminar