El turismo mundial registró su peor año en 2020, con una caída de las llegadas internacionales del 74%, según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Los destinos de todo el mundo recibieron en 2020 mil millones de llegadas internacionales menos que el año anterior, debido a un desplome sin precedentes de la demanda y a las restricciones generalizadas de los viajes. En comparación, el declive registrado durante la crisis económica global de 2009 fue del 4%.
Según el último Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, el desplome de los viajes internacionales representa unas pérdidas estimadas en 1,3 billones de dólares de los EE.UU. en ingresos de exportación, una cifra que multiplica por más de once las pérdidas registradas durante la crisis económica global de 2009. La crisis ha puesto en riesgo entre 100 y 120 millones de empleos turísticos directos, muchos de ellos en pequeñas y medianas empresas.
Dada la evolución constante de la pandemia, muchos países están actualmente reintroduciendo restricciones más estrictas a los viajes. Entre las medidas se incluyen pruebas obligatorias, cuarentenas y, en algunos casos, el cierre completo de las fronteras, todo lo cual dificulta la reanudación de los viajes internacionales. Al mismo tiempo, cabe esperar que la llegada gradual de las vacunas contra la COVID-19 ayude a restablecer la confianza de los consumidores, a flexibilizar las restricciones de viaje y a que, lentamente, los viajes vayan normalizándose durante el año que tenemos por delante.
Las perspectivas de recuperación mantienen la cautela
La última encuesta entre el grupo de expertos de la OMT muestra perspectivas diversas para 2021. Casi la mitad de los encuestados (45%) prevé un mejor panorama en 2021 que en 2020, mientras que el 25% espera un comportamiento similar y el 30% prevé un empeoramiento de los resultados en 2021.
Las perspectivas generales de un repunte en 2021 parecen haber empeorado. El 50% de los encuestados no cree que el repunte se produzca hasta 2022, frente al 21% que expresaba esa opinión en octubre de 2020. La otra mitad de los encuestados todavía ve un repunte potencial en 2021, aunque las expectativas son inferiores a las de la encuesta de octubre de 2020 (el 79% esperaba la recuperación en 2021). Cuando se reanude la actividad turística, el grupo de expertos de la OMT prevé un incremento de la demanda de actividades turísticas de naturaleza y aire libre, con un creciente interés por el turismo interno y las experiencias de “viajes lentos”.
A más largo plazo, la mayoría de los expertos no prevé un retorno a los niveles prepandémicos antes de 2023. De hecho, el 43% de los encuestados apuntan a 2023, mientras que el 41% cree que no se recuperarán los niveles de 2019 hasta 2024 o incluso después. Los escenarios ampliados para 2021-2024 de la OMT indican que el turismo internacional podría tardar entre dos años y medio y cuatro en volver a los niveles de 2019.
Asia y el Pacífico (-84%) –la primera región en sufrir los efectos de la pandemia y una de las que mantiene las restricciones de viaje más estrictas– registró el mayor descenso de las llegadas en 2020 (300 millones menos). Oriente Medio y África registraron en ambos casos una caída del 75%.
Europa registró un descenso del número de llegadas del 70%, a pesar de un pequeño y breve repunte en el verano de 2020. La región sufrió la mayor caída en términos absolutos, con una disminución de más de 500 millones de turistas en 2020. Las Américas registraron una caída del 69% en las llegadas internacionales, con resultados ligeramente mejores en el último trimestre del año.
Europa registró un descenso del número de llegadas del 70%, a pesar de un pequeño y breve repunte en el verano de 2020. La región sufrió la mayor caída en términos absolutos, con una disminución de más de 500 millones de turistas en 2020. Las Américas registraron una caída del 69% en las llegadas internacionales, con resultados ligeramente mejores en el último trimestre del año.
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