martes, 7 de marzo de 2017
Casa María, una lección de vida y de cordialidad, Alberto Blanco Dávila
En esta edición les quiero presentar uno de los alojamientos más extraordinarios en Venezuela ubicado en los Valles Altos del estado Carabobo, hacia las estribaciones occidentales de la Cordillera Central de la Costa, nuestro destino: Casa María, muy cerca de los pueblos de Canoabo y Canoabito. Lo mejor de todo es que este fantástico destino queda a tan solo a tres horas de Caracas y a una hora de Valencia.
Casa María está enclavada dentro de un bosque nublado lleno de exuberancia y de vida por dónde se cruce la mirada, en una de las zonas más biodiversas y hermosas del estado Carabobo. Es muy fácil reconocer la posada ya que tiene pintada en sus paredes unos murales muy coloridos con mensajes que invitan a la conciencia y a la conservación de nuestra naturaleza y con imágenes alusivas a la diversidad biológica que se pueden disfrutar dentro de la posada. Al llegar serán recibidos por sus propios dueños, ya que la posada es su casa desde hace más de 15 años, son una pareja de alemanes, Norbert y Gabriele “Gaby” Flauger y de su mano derecha Xiomara.
Debo decir que son las personas más maravillosas que existen, de una cordialidad y un calor humano increíbles y con una cultura del servicio que se ve muy poco en estos días, te hacen sentir como en tu verdadera casa y con ganas de no regresarte.
Esta posada es todo un paraíso tropical creado por su dueño Nobert Flauger de forma muy meticulosa y estratégicamente para estar en perfecta armonía con la naturaleza. Es de mi opinión que en ninguna otra posada en Venezuela se conjuga el buen hospedaje, la cordialidad, la ecología, la conservación y la naturaleza tan perfecta y armónicamente como en Casa María y esto nos hace pensar que no hay una posada en nuestro país que sea tan afín a un verdadero lodge ecológico como lo es Casa María.
Ir a casa María es todo un aprendizaje, es una lección de vida, de ecología y de conservación. Les aseguro que saldrán llenos de reflexiones maravillosas, con energías y ganas de aportar un grano de arena por el bienestar de nuestro Planeta. Norbert, ingeniero que luego terminó siendo biólogo y especialista en insectos, se ha encargado junto a su esposa Gaby de crear un mundo fantástico dentro de su posada. Cada rincón, caminería y pared de la posada están llenos de detalles maravillosos que hacen referencia a las especies animales y botánicas que se allí encuentran. Comederos para aves, mariposas y ardillas, lagunas y riachuelos que se encuentran por toda la posada y hacen de sus instalaciones todo un festín de vida silvestre
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