La región de ocurrencia es una zona inhóspita, de 226 mil hectáreas de pantanos, casi permanentemente inundada con abundante nubosidad y pluviosidad durante todo el año. (Foto: Reinaldo De Santiago)
Aunque personas inescrupulosas y sin basamentos academicistas se han dado a la tarea de señalar que el fenómeno natural denominado el relámpago del Catatumbo ha perdido su refulgencia que lo ha caracterizado a lo largo de décadas pasadas, estudiosos en geofísica de la Universidad de los Andes (ULA) señalan que la leve disminución es debido a los cambios bioclimáticos de la época de invierno.
La citada manifestación tiene características únicas en el mundo, dado a su fenomenología geofísica y ecoturística a través del resultado de las expediciones realizadas en el Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel de Aguas Negras y Juan Manuel de Aguas Blancas, ubicadas al suroeste donde convergen las diferentes desembocaduras de los afluentes del Lago de Maracaibo, señalan que los elementos observados son indescriptibles.
Adicionalmente se estiman magnitudes microfísicas que permiten modelar el fenómeno y se discute en la actualidad la importancia de los pantanos como agente causal de la actividad eléctrica atmosférica observada en la región, además de aprovechar el fenómeno como fuente generadora de electricidad.
Un relámpago sordo
Entre las características principales del Relámpago del Catatumbo, está la condición inaudible del relámpago, dado que no va asociado con la generación de truenos, así como su fulgor y luminosidad; este fenómeno puede ser apreciado a centenares de kilómetros de distancia, en Los Andes -tanto venezolanos como colombianos- en la ciudad de Maracaibo y desde el Mar Caribe, durante casi todo el año.
La región de ocurrencia es una zona inhóspita, de 226 mil hectáreas de pantanos, casi permanentemente inundada con abundante nubosidad y pluviosidad durante todo el año, que conforma el Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel, ubicado en el municipio zuliano Catatumbo...
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