sábado, 7 de septiembre de 2013

“El regreso” refleja la realidad del pueblo Wayú / Horangel Pérez Herrera

“El regreso” refleja la realidad del pueblo Wayú (Notitarde / Foto: Rafael Reyes/Notitarde)
Una vez más el cine venezolano ha capturado la atención del público, como parte de un proceso de diversificación que parece no culminar. La película "El regreso", de la realizadora zuliana Patricia Ortega, basada en los hechos de la masacre de Bahía El Portete en 2004, es una muestra de la incansable labor por impulsar el talento nacional, al ser exhibida recientemente en las principales salas de cine del país.

El film cuenta la historia de "Shuliwala", interpretada por Daniela González, una niña de 10 años del pueblo wayú que tras la matanza huye a las calles de Maracaibo para salvar su vida. En el camino atravesará diversas situaciones que la envuelven en una realidad hostil hasta que conoce a "Bárbara", encarnada por Sofía Espinoza. Se van haciendo amigas y descubren que no son tan diferentes, a pesar de los contrastes culturales e idiomáticos, quien además le ayudará a emprender el regreso a su tierra.

Parte del equipo compartió sus experiencias durante el proceso de grabación, en un recorrido por las instalaciones de Notitarde.

Su directora, Patricia Ortega, explicó que haber conocido la experiencia de varios desplazados por la masacre, fue el punto crucial para considerar que esa historia debía ser contada al mundo. Del mismo modo, abordar la xenofobia y prejuicios que en ocasiones esconde el regionalismo zuliano. "Por eso es la historia de dos niñas con diferencias culturas que se encuentran en la ciudad y el público puede ver cómo a través de ellas se vive una preconcepción hacia los demás, por su idioma o cultura. Se refleja esa necesidad de reconocernos en el otro".

La producción de Mandrágora Films Zulia y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac) en coproducción con Xenon Films C.A., Fundación Villa del Cine y Pdvsa La Estancia, plantea la necesidad de ver la humanidad sin fronteras, por eso el lema de la película es que "En 1 minuto te puede cambiar la vida".

El casting

Ortega contó que tenían que ser dos niñas excepcionales, porque la carga dramática de la historia era muy fuerte y un gran talento para alcanzar los registros dramáticos en la película. Durante 6 meses, el equipo aplicó interacciones entre un grupo de niñas con actividades diseñadas especialmente para buscar un perfil, pues nunca las grabaron directamente frente a la cámara. Fueron un total de más de 300 niñas, que disminuyó progresivamente hasta seleccionar a la protagonista.

Igualmente se hizo otro casting, en el que se les pidió a cinco actores que luego de leer el guión, idearan una nueva escena decidiendo la actividad del personaje, siempre y cuando se encontrara solo, sin hablar y vestir acorde a un determinado lugar. Patricia tuvo que entender la psicología de cada personaje. El ejercicio se llama "Momento íntimo", el cual utilizan los actores para desarrollar sus papeles y en esta ocasión, la directora decidió aplicarlo para la selección del reparto. "Laureano Olivares fue el que más se acercó a lo que yo quería".

En el caso de "Compinche", un canino llamado Diogo y personaje que acompaña a las pequeñas en su recorrido, se hizo una convocatoria por Internet solicitando un perro con determinadas aptitudes y Donato Spinelli, su entrenador y dueño, envió vídeos de muestra. "Trabajamos mucho en el proceso de adaptación de Compinche, él representa el vínculo de la humanidad y el amor".