Ha muerto en La Habana el dirigente cubano que protagonizó el despegue del turismo en la mayor de las Antillas, Abraham Maciques. Fidel Castro le dio todo su apoyo para fomentar la industria turística en la isla caribeña.
La época dorada del turismo cubano, desde primero de las 90 a principios de 2000, llegó de la mano de Maciques, quien solo generó dudas entre algunos de sus compañeros que lucharon por la revolución.
Los empresarios españoles, y en especial Gabriel Escarrer, entonces presidente de Sol Hoteles y más tarde del Grupo Meliá, encontró en Abraham Maciques a un gran aliado.
Fue el creador del Grupo Cubanacan, un conglomerado de empresas turísticas y de servicios (hoteles, restaurantes, autobuses, taxis…) que dio lustre al turismo.
Maciques se rodeó de un buen equipo de profesionales cubanos y acogió a inversores de todo tipo de tamaño y condición, desde el nombrado Escarrer al modesto Luis Callejón (Fallece Luis Callejón, pionero del turismo cubano y líder de Euroal).
También se volcó con la puesta en marcha del Palacio de Convenciones y fue uno de los artífices de uno de los grandes hoteles de La Habana, el Meliá Cohiba, el gigante del Malecón.
Maciques, muy querido y valorado por sus compatriotas, puso a Cuba en el mapa turístico europeo y canadiense, desde Varadero a la capital habanera.
Los hoteles de Cubanacan vivieron con Abraham Maciques sus momentos de máximo esplendor, al igual que las agencias de viaje. Creo la marca de taxis Ok, las de mayor nivel, y una red de restaurantes asequibles.
Maciques, al que apodaban con cariño El Polaco por el color pálido de la piel y su pelo pelirrojo, fue un dirigente eficaz. Precisamente fue su éxito lo que motivo su caída, promovida por los celos de importantes colegas del castrismo.
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