El carnaval de Río de Janeiro, uno de los más famosos del mundo, atrajo este año a 1,03 millones de turistas, en su mayoría brasileños, que dejaron en la ciudad tres mil millones de reales (unos 770 mil dólares).
La cifra fue divulgada por la Secretaría Especial de Turismo de Río de Janeiro (Riotur), un día después de que el Miércoles de Ceniza le pusiera fin oficialmente a cinco días de fiestas callejeras y desfiles de escuelas de samba y de medio millar de blocos (comparsas) por toda la ciudad.
De acuerdo con el organismo de promoción de turismo, el índice de ocupación hotelera en Río subió desde 83,8% en el carnaval de 2015 hasta 85,0% en las fiestas de este año pese a que la ciudad elevó el número de habitaciones disponibles con la inauguración de nuevos hoteles para los Juegos Olímpicos de agosto próximo.
La cifra de turistas incluye los 130.000 visitantes que desembarcaron en la ciudad en once navíos de crucero, casi el doble que los 70.000 que llegaron por la vía marítima para los carnavales del año pasado.
De la misma forma un récord de 120.000 personas pasó por el sambódromo en cada una de las dos noches de desfiles de las escuelas de samba del llamado Grupo Especial, la principal atracción del carnaval carioca y el considerado mayor espectáculo del mundo al aire libre.
Mientras que las presentaciones de las lujosas escuelas de samba, cada una con cerca de 4.000 bailarines y músicos y gigantescas carrozas alegóricas, se limitaron al público que pagó las costosas entradas para el espectáculo, en su mayoría extranjero, las fiestas de los blocos en las calles fueron gratuitas para multitudes.
Según Riotur, la comparsa que más atrajo público fue el tradicional Cordao de Bola Preta, cuyos músicos tocaron el sábado para cerca de un millón de personas.
Enseguida se ubicaron el Bloco da Preta (300.000 participantes), Bloco da Favorita (200.000), Empolga às 9 (200.000), Sargento Pimenta (180.000), Simpatia é Quase Amor (180.000) y Bangalafumenga (100.000).
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