domingo, 2 de mayo de 2010

Margarita

Playa El Agua se convirtió en el escenario perfecto para degustar la mejor gastronomía mediterránea.

A las sombras de las palmeras que hace más de cuatro décadas sembró Nelly Russián de Oliveros con sus hijos, entre La Mira y playa El Agua, hoy los nativos y visitantes pueden disfrutar de los placeres frente al mar en el Club de playa Miragua, un paraje de ensueño.

Con su característico diseño white decor, Rafael Oliveros, su hermana Liliana, Carolina Iturriaga y Daniel Pérez Febres rememoran la tradición culinaria y de servicios que por muchos años atrajo a muchos visitantes nacionales y extranjeros, en un paradisíaco escenario frente a las orillas de la exuberante playa El Agua, en el municipio Antolín del Campo en la isla de Margarita.

PARA EL PALADAR

Más que un restaurante, Miragua Club de playa evoca y atiende placeres que complementan la espectacular experiencia de contemplar uno de los escenarios marinos más majestuosos del Caribe. Alta gastronomía mediterránea, con los productos del mar más frescos que aprovisionan los pescadores de la vecina playa de El Tirano, y las exquisitas especies que nacen en tierras antolinenses sirven de base para complacer el paladar de los visitantes, con platos originales y que lo distinguen de los demás locales de la zona.

Su especialidad de club de playa, no requiere membresía y se complementa con servicio de sillas y toldos, actividades deportivas, de relajación y hasta servicio para eventos privados, celebraciones y bodas.

Desde las entradas con ceviche o el tartar de salmón, acompañado de trozos de aguacate; hasta spaghetti vongole, risotto Nero, filete de pargo con ají dulce tricolor, paellas, catalanas y la white burger, esta última preparada con la mejor de las carnes, trozos de tocineta y acompañada de 6 salsas especiales, son algunos de los platos que los comensales no pueden dejar de probar.

Para el postre, las opciones son múltiples aunque las que evocan tradición familiar son el dulce de lechoza, con una suave textura que se disuelve gustosamente; el mousse de Roquelina, que exalta el encanto del chocolate venezolano y los merengones de mango y parchita que endulzan el placer de disfrutar un día frente al mar.

Sin duda, la exquisita gastronomía se combina con los cristales, las blancas paredes y la terraza frente al mar que conforman la estructura del restaurante. Entre sillas Philippe Starck y unas originales butacas y sofás Chesterfield blancos inflables, traídos de Francia, aunado otros servicios de duchas exteriores y los baños privados, decorados con gran gusto, servicio de seguridad y salvavidas, los visitantes pueden deleitarse de un día o atardecer marino.

Otras opciones que lo hacen un club es el servicio de masajes que se ofrece frente al mar, también clases de surf para niños y hasta una mesa de ping pong como otra opción recreativa para los jóvenes. Todos estos servicios pueden disfrutarse desde las 9:00 de mañana para la atención en la playa y, a partir de las 12:00 del mediodía hasta las 6:00 de la tarde el servicio del restaurante.

MOMENTOS ESPECIALES

Para eventos privados, las noches y los fines de semanas son los más demandados, y ni hablar de las bodas que cada vez más se realizan en un escenario natural de indiscutible belleza, frente al mar. La capacidad de Miragua alcanza alrededor de 300 personas con decoración con velas, puffs y sillones modernos que resaltan el escenario playero. Para bodas además de la comida y la locación ofrecen los servicios de contacto con la iglesia, peluquería y traslados.

Para reservar toldos y sillas pueden comunicarse por los teléfonos (0295) 249-1289 y el (0412) 223-7324, o miraguaclubdeplaya@gmail.com

El Universal.com / | Joan Izaguirre

No hay comentarios:

Publicar un comentario