Sin rodeos: Trump se está saliendo con la suya, que es lo que importa en el cruel mundo del dinero (Trump consigue que Japón compre 100 aviones Boeing).
Este viernes pasado, en Nueva York, durante la asamblea de Naciones Unidas, Erdogan, el líder turco, que entiende muy bien cómo hay que moverse en el mundo del poder, se entrevistó con Donald Trump, el pintoresco, estrambótico y nacionalista presidente americano. Y lo hizo como le gusta al presidente americano: puso sobre la mesa una orden de compra de 85 aviones 787 de Boeing, que Trump enseguida interpretó como un logro suyo.
A partir de ahí, Erdogan es mucho mejor entendido por Estados Unidos y puede hablar de política.
Antes, Uzbekistán, Arabia o Emiratos hicieron lo mismo, prácticamente.
Todos pensamos que Trump es una caricatura de lo que debe ser un presidente, que su estridencia es ridícula, pero los resultados son inequívocos: puede decir que una buena parte de la salvación de Boeing se le debe a él.
Esto no significa que en otras cosas lo esté haciendo bien, pero sí que en lo que hace a Boeing no ha perdido el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario