Hace 25 años, Grupo Piñero dio un paso pionero al crear la Fundación Eco-Bahía, con la certeza de que el turismo responsable podría ser una fuerza para proteger la naturaleza. Lo que inició en México se expandió a la República Dominicana en 2023, extendiendo su impacto hacia el Caribe insular. Hoy, ese compromiso se ha consolidado en una estructura sólida que impulsa programas de conservación marina y terrestre, restauración ecológica y educación ambiental en ambos países, demostrando que la sostenibilidad puede convertirse en un valor central de la experiencia turística
La Fundación ha convertido la conservación de tortugas marinas en uno de sus mayores símbolos de compromiso ambiental, al mismo tiempo que impulsa un modelo de turismo responsable que integra la protección de la biodiversidad con la experiencia del visitante.
“A través del trabajo conjunto con autoridades, voluntarios y comunidades locales, Eco-Bahia no solo protege nidos y cuida crías, sino que también promueve la educación ambiental y fomenta prácticas sostenibles que demuestran que el turismo puede ser un aliado clave para la conservación”, explica Alex Matás, director de la Fundación en República Dominicana.
En el país, se protegen más de 50 km de litoral y se hace acompañamiento del ciclo de vida de especies emblemáticas como la tortuga carey y la tortuga verde. Solo en el último año, se resguardaron 15 nidos y fueron liberadas más de 1,700 crías al mar.
“Nuestro trabajo combina protocolos técnicos de monitoreo y protección de nidos, acompañamiento durante el desove, educación ambiental y cooperación con comunidades, turistas e instituciones públicas”, cuenta Matás.
Este esfuerzo, y los resultados de los programas que implementa la Fundación, fue reconocido recientemente con el premio Traveling For Happiness 2025, otorgado por la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM) en la categoría Preservación de fauna y flora, resaltando además su compromiso con un turismo más ético, responsable y sostenible.
El turismo como aliado de la conservación
El Programa de Protección y Conservación de Tortugas Marinas fue el primero que lanzó la Fundación y, desde entonces, más de dos millones de crías han logrado llegar al mar. En 2024, se logró proteger más de 100,000 crías en México y 2,000 en la República Dominicana, gracias a la colaboración con autoridades locales, voluntarios y turistas.
Porque la sostenibilidad no sucede al margen del turismo, sino con él: los hoteles del Grupo invitan a sus huéspedes a participar en la detección de nidos, el monitoreo de playas y actividades educativas, convirtiendo cada experiencia en una oportunidad para aprender y contribuir. Estas acciones se complementan con el impulso a la ciencia ciudadana a través de iNaturalist, plataforma en la que turistas, comunidades locales y autoridades ambientales registran observaciones de flora y fauna. Así, cada visitante no solo vive la experiencia, sino que también aporta datos valiosos para la conservación, fortaleciendo la conexión entre turismo, investigación y protección de la biodiversidad.
“Proteger especies es tan importante como inspirar a las personas. Sabemos que la educación ambiental es el motor que impulsa un cambio real y duradero”, afirma Matás.
Experiencias con propósito
Desde la Fundación, integran la sostenibilidad como parte de la experiencia turística del Grupo Piñero, reconociendo que hoy los visitantes quieren vivir experiencias con propósito, que les permitan llevarse un conocimiento que conecte con la naturaleza local.
El director de la Fundación en el país destaca además que “más de 3,000 clientes de Grupo Piñero han participado a la fecha en nuestras eco-rutas tanto en República Dominicana como en México, consolidando un modelo de turismo responsable y educativo que promueve la conexión con la biodiversidad local y la sostenibilidad de los destinos donde operamos”.
Esta experiencia incluye recorridos para la observación de aves y un sendero en zona de humedales, permitiendo a los turistas comprender el impacto real de su estadía y cómo pueden aportar positivamente al medioambiente.
Más allá de los nidos: un compromiso integral
A lo largo de los años, la labor de Eco Bahia se ha extendido a la conservación de arrecifes coralinos, el rescate de fauna silvestre y el marcaje de flora. Además, en escuelas locales, hoteles y comunidades, la Fundación realiza talleres y campañas que buscan algo más que informar: pretenden transformar la relación entre las personas y su entorno. Porque si algo tiene claro esta iniciativa es que conservar no es sólo proteger, también es enseñar a cuidar.
En la República Dominicana, más de 7,800 niños, jóvenes y visitantes han participado en talleres y actividades educativas que siembran conciencia ambiental en toda la región este del país. El trabajo con escuelas, comunidades y turistas convierte cada experiencia en una oportunidad para formar embajadores de la sostenibilidad.
En coherencia con esta misión, Eco-Bahia ha concretado la firma de acuerdos interinstitucionales con varios Distritos Educativos, ubicados en destinos turísticos clave de la República Dominicana, impactando a 16 centros educativos distribuidos en zonas de Bávaro, San Pedro de Macorís y Samaná. Gracias a esta alianza, se está poniendo en marcha un plan integral de educación ambiental que incluye talleres, actividades prácticas y programas de sensibilización para estudiantes y docentes. El objetivo es sembrar valores de sostenibilidad desde la educación básica, de manera que las nuevas generaciones comprendan el valor de la biodiversidad y cómo el turismo puede convivir de forma responsable con su entorno natural.
Un legado que se construye cada día
Desde sus inicios, Eco-Bahia ha retirado más de 2,000 kilos de residuos del entorno marino, ha atendido a más de 13,000 ejemplares de fauna silvestre y ha donado miles de plantas para proyectos de reforestación local. Todo ello con la participación activa de más de 50,000 personas, tanto en México como en República Dominicana.
Además, desarrollan iniciativas que integran al sector turístico con la protección ambiental: como gestión responsable de residuos, programas de reforestación y cuidado de manglares, así como proyectos que promueven un turismo regenerativo.
En este mismo tenor, se han gestado alianzas estratégicas con instituciones como el Ministerio de Medio Ambiente y AERODOM, demostrando que la colaboración entre sector privado, Estado y comunidad es clave para enfrentar desafíos ambientales.
Al día de hoy, la Fundación Eco-Bahia se posiciona como un ejemplo de cómo el turismo puede ser parte de la solución y, en el futuro, pretende seguir creciendo en impacto y conciencia.
“Nuestro compromiso es crecer en alcance e impacto, ampliar los proyectos de conservación marina y consolidarnos como un referente regional de turismo responsable y sostenible, y trabajar bajo la premisa de Proteger, Compartir y Amar nuestro entorno”, concluye Matás.
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