martes, 15 de julio de 2025

Coolcations: destinos de Brasil con el clima perfecto para vacacionar


El concepto ‘coolcation’ -de cool, fresco y vacation, vacaciones- se populariza como una nueva tendencia que prioriza la elección de destinos que no solo ofrecen paisajes e infraestructura, sino condiciones climáticas benévolas.

Frente a los extremos climáticos que se están dando en el hemisferio norte, con olas de calor y tormentas agresivas, los destinos con climas apacibles y constantes son opciones inmejorables para planificar el descanso sin peligro de cancelaciones.    

Calor agobiante y multitudes desaniman a los turistas que buscan relajarse, y por eso, al momento de planificar vacaciones nadie piensa solamente en el destino, sino en las opciones de actividades que ese sitio brinda, sea senderismo, chapuzones en el mar, deportes acuáticos, gastronomía, spa o excursiones guiadas.

Mientras el clima acompañe, la energía sobra. A continuación, algunas locaciones brasileñas reconocidas por su buen clima, aptas para todo tipo de perfil de visitante.  

Chapada Diamantina, Bahía 

Chapada Diamantina es un parque nacional de 38.000 kilómetros cuadrados donde hay cerca de 360 cascadas, grutas, cañones, miradores, valles, formaciones geológicas únicas y pozos de agua mineral, ofreciendo un menú turístico tan variado que se adapta a viajeros relajados y a exploradores extremos.    

Algunos recorridos disponibles son realmente singulares, como nadar en un cañón para llegar a la Cascada do Buracão, caminar sobre un corazón de piedra en el Morro do Pai Inácio, o dormir en casas familiares sin luz ni señal de celular en el remoto Vale do Pati.    

La experiencia se adapta al tiempo disponible, al presupuesto y al tipo de viajero. Existen escapadas de pocos días, hasta estancias largas de más de 10 noches, con y sin guía, a pie o en auto, con pernoctes múltiples. Sin importar la fecha del año, el clima ayuda a enmarcar la belleza natural de un sitio poco conocido y con mucho para ofrecer.    

Cómo llegar:  Lençóis es la puerta de entrada de la Chapada Diamantina, y el aeropuerto más cercano al centro de la ciudad está a 24 kilómetros y tiene vuelos semanales desde varias ciudades de Brasil. 

Río de Janeiro, RJ 

Naturaleza exuberante y topografía variada permiten que la ciudad de Rio de Janeiro -muy caliente en verano- ofrezca durante invierno y primavera un clima agradable (20ºC -22ºC en julio y agosto) y sol para disfrutar de sus paisajes.

Para disfrutar el mejor clima de la ciudad, nada mejor que los tradicionales miradores de la ‘ciudad maravillosa’. 

Corcovado. Desde la cima del cerro donde se encuentra el Cristo Redentor (una de las Siete Maravillas del Mundo), se obtiene una vista panorámica de la ciudad, desde el Centro hasta las playas del sur. La entrada cuesta entre 16 y 19 dólares. 

Pão de Açúcar: este conjunto de cerros conectado por el clásico ‘bondinho’ o teleférico ofrece vistas espectaculares de la Bahía de Guanabara, el Corcovado y Copacabana. Es un paseo infaltable, con tarifas de 12 dólares para niños y 24 para adultos. 

Vista Chinesa y Mesa del Emperador: ubicadas en el Parque Nacional de Tijuca, ofrecen una perspectiva que abarca desde la Lagoa Rodrigo de Freitas hasta el Pão de Açúcar. La Vista Chinesa es una estructura oriental con forma de pagoda, y un poco más arriba está la Mesa del Emperador, antiguo punto de descanso de cuando Brasil fue capital del Imperio portugués. 

Pedra Bonita: famosa por ser punto de despegue para vuelos en ala delta, permite una vista desde lo alto hacia São Conrado, Leblon, Ipanema y la imponente Pedra da Gávea. Se puede llegar en auto y hacer una caminata corta para alcanzar la rampa de vuelo. 

Pedra da Gávea: menos conocida por los turistas, esta montaña de 844 metros ofrece una de las vistas más impresionantes de Río. El ascenso es exigente y requiere contratar guías y equipos adecuados. Desde la cima se divisan San Conrado, Barra, Rocinha y las playas del sur. 

Pedra do Arpoador: muy accesible y ubicada entre Ipanema y Copacabana, es una especie de balcón natural desde el que se contempla el mar y se aplaude el atardecer. Democrática y concurrida, es uno de los rituales más encantadores de la ciudad. 

Buzios, Rio de Janeiro    

Además de las playas urbanas de Rio (Copacabana, Ipanema y Leblon), el litoral fluminense (del estado de Rio de Janeiro) ofrece uno de los recorridos más alucinantes de Brasil. 

A 170 km de Río de Janeiro, Buzios es una pequeña ciudad que forma parte de una ruta que por su exuberancia ha sido bautizada como ‘Costa Verde’.    

Armaçao dos Buzios, el nombre completo de la ciudad, es una península con 23 playas a lo largo de ocho kilómetros de extensión, y destino muy cotizado entre quienes viven en Rio para escapadas cortas. Además de excelente hotelería y gastronomía, las playas son el principal atractivo de Buzios, y la variedad está garantizada.    

Quien quiere tranquilidad la encontrará en Caravelas, José Gonçalves o Tucuns; para movida, Geribá o Ferradura. Praia dos Ossos es un buen lugar para alojarse, por la vista, la tranquilidad y porque es la principal parada de ‘aquataxis’ que ofrecen paseos a las playas más distantes y tranquilas.    

El tándem João Fernandes y João Fernandinho es imperdible por su combinación de arenas finas y olas suaves, igual que Tartaruga y Tartaruginha.

Olho do Boi es la única playa nudista de Buzios, y se accede después de subir unos riscos con vistas panorámicas. Las playas de Azeda, Azedinha y Praia do Forno están entre las más limpias y sustentables de Brasil, certificadas con el título internacional ‘Bandera Azul’.    

En la noche, la céntrica Rua das Pedras es peatonal y hay una oferta gastronómica que incluye culinaria brasileña, portuguesa, italiana, peruana o cualquier otra variante con los frutos de mar como protagonistas.    

Cómo llegar: Rio de Janeiro tiene vuelos directos desde España y varias ciudades de Europa: hasta Buzios, el transfer insume poco menos de dos horas de viaje. 

Florianópolis, Santa Catarina    

Destino favorito del turismo de países vecinos y una de las ciudades con mejor calidad de vida de Brasil, la isla de Florianópolis es una de las tres únicas capitales insulares del país. Muy cotizada en el verano austral (enero y febrero), el resto del año también ofrece buenas opciones con sol garantizado. 

En junio, julio y agosto, las temperaturas en Florianólis rondan entre los 13 y los 22 grados centígrados; entre septiembre y noviembre el termómetro marca entre 15 y 25 grados.

El buen clima permite planificar paseos a los atractivos naturales y urbanos como el Mercado Público, el pueblo de Santo Antonio de Lisboa (donde de establecieron los inmigrantes de las islas Azores desde el siglo XVIII), y la céntrica Lagoa da Conceiçao, con su vibrante oferta gastronómica y de entretenimiento.    

En los recorridos céntricos se combinan el patrimonio arquitectónico y la venta de productos frescos, con pequeños restaurantes de gastronomía típica (‘Floripa’ responde por más del 80% de la producción de ostras del país, así que hay muchos especializados para degustarlas).    

Puede visitarse el mirador junto al famoso puente Hercílio Luz, o las cercanas playas Mole, Joaquina y Barra da Lagoa, elegida para practicar stand up paddle; pero si hace frío para estar en el agua, queda la opción de dar un paseo por la costanera, un recorrido agradable a pie o en bicicleta.    

Con el fin del invierno, en septiembre, vuelven los tours marítimos; imperdible la Isla de Campeche: un paseo de poco más de una hora desde Barra da Lagoa para llegar a una playa de aguas limpias y plácidas en medio de montañas cubiertas de arbustos.    

Florianópolis concentra el circuito de senderos urbanos más extenso de Brasil, con diversos grados de complejidad y vistas fabulosas a las montañas y el mar, aunque algunos requieren de guías especializados.    

Cómo llegar: El aeropuerto de Florianópolis, Hercílio Luz, está situado al sur de la isla y a 18 km del centro de la ciudad.    

Expreso

No hay comentarios:

Publicar un comentario