lunes, 24 de febrero de 2025

Nuevo aeropuerto de Lima, una saga interminable



Una reciente nota del portal Bloomberg sobre la nueva terminal del Aeropuerto de Lima tuvo un fuerte impacto en Perú. No era para menos; el artículo dejaba en claro el alto grado de improvisación y falta de planificación en el tramo final de construcción y puesta a punto de la nueva terminal. Las principales críticas estaban puestas en los deficientes accesos que deberán enfrentar los pasajeros a partir de la inauguración prevista para fines de marzo -aunque a la vista de los problemas, parece bastante evidente que vamos a tener varios aplazamientos más, y que la fecha final de apertura de la nueva terminal es por ahora un misterio.

El tema de los accesos es clave. Las vías definitivas aún no están listas, y para ingresar se instalaron puentes provisionales. La nueva terminal no tendrá acceso peatonal, lo que obligará a trabajadores del aeropuerto y pasajeros a entrar de manera obligatoria a través de autos o micros. Debido a las críticas, el gobierno peruano comunicó que inauguraría varias nuevas rutas de buses dedicados para ir a la nueva terminal desde distintas partes de Lima. Pero los buses que se presentaron a la prensa no tienen espacios destinados a equipaje, por lo que solo podrán ser usados por aquellos que vayan con mochila o a lo sumo una valija de mano.


Plaza de Armas, Lima

Para empeorar el tema, solo podrán ingresar a la terminal aquellos autos con autorización, lo que deja fuera a muchos vehículos que se pueden pedir vía apps, como Uber o Cabify, y también a los taxis que circulan por las calles de Lima, muchos de ellos informales. Si tienen valijas grandes llegar a la terminal va a ser bastante complicado y caro si las cosas se mantienen como hasta ahora.

Sigamos sumando problemas: en una de las nuevas líneas de Metro que se están construyendo en Lima se preveía la estación Aeropuerto para conectar sus instalaciones de manera sencilla con el resto de la ciudad. Pero resulta que esa estación va a estar donde está la vieja terminal, que va a dejar de funcionar. Para solucionar esto desde el gobierno se señaló que se construiría un tren elevado, o air train, que uniría el metro con la nueva terminal. Pero para que la estación del Metro sea inaugurada faltan varios años, y el air train ni siquiera está en etapas iniciales de planificación.

Es bastante evidente que la nueva terminal no podrá ser inaugurada sin accesos adecuados. Esto incluye puentes definitivos sobre el río Rimac; autobuses que tengan espacio para valijas grandes; más permisos de acceso de autos de alquiler; y posibilidad de llegar a pie desde el transporte público. Y difícilmente todos estos inconvenientes van a poder ser solucionados para fines de marzo, que es la fecha actual de inauguración de la nueva terminal.

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