El futuro de Air Europa se dilucida estos días con horizontes muy diferentes entre las dos opciones de integrarse dentro de Iberia o de seguir sola, en función de lo que determine la Comisión Europea.
En el caso de que la aerolínea de Globalia fuera absorbida por la de IAG, los grandes triunfadores a título individual serían su dueño Pepe Hidalgo, al cobrar su familia unos 400 millones de euros, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que demostraría su músculo en Bruselas.
Hidalgo replicaría así la retirada airosa que gracias a Ávoris (Grupo Barceló) y Hyatt (asociada a Stoneweg y Bain) ha registrado en sus divisiones de agencias de viajes y de hotelería.
Sánchez, de su lado, podría apuntarse el hito de haber desencallado una operación que permitirá al aeropuerto de Madrid-Barajas homologarse a otros ‘hubs’ europeos como los de Frankfurt, París y Ámsterdam, con una gran aerolínea dominante (Lufthansa o Air France-KLM) (Pedro Sánchez: Globalia y Cataluña serán su legado).
El plan de Iberia con Air Europa es mantener la marca para un segmento más intermedio, y conservar su foco en rutas vacacionales antes que en las de negocios, dando en cualquier caso a su plantilla más garantías de una empresa con escala y financieramente más consistente.
Pero en el supuesto de que la transacción fuera prohibida por Bruselas, la aerolínea de Globalia tendría más difícil encontrar un comprador, tras años siendo estudiada por Air France-KLM y por Lufthansa, descartando siempre ambas los problemas que absorberla les traería.
Air Europa sufriría que Iberia, en el caso de que Bruselas le vetase esta operación, podría minar a la aerolínea de Globalia con la asunción de pérdidas durante entre uno o dos años para quitarle demanda con precios muy bajos (Iberia minaría a Air Europa con la mitad de coste de comprarla).
La aerolínea de IAG podría dedicar una suma de alrededor de los 200 millones de euros en llevar a una situación límite a su competidora, lo que representaría la mitad frente a los 400 millones que le supondría la compra que ahora está en manos de la Comisión Europea.
Bruselas, además, se expondría a ser culpada, especialmente en la persona de Margaret Vestarger, en el caso de que la aerolínea de Globalia afrontase un futuro incierto al carecer del soporte que le supondría Iberia (Iberia-Air Europa: lamentan que Bruselas no concrete qué más quiere).
El futuro de Air Europa se ve condicionado por su potencial para generar beneficios que puedan cubrir sus deudas, y por la lista de compradores realistas que podrían ayudarla a sostener su balance financiero (Bruselas se arriesga a ser culpada si Air Europa agoniza sin Iberia).
El ebitda de Air Europa en un año promedio, de entre 100 y 200 millones de euros, se ve comprometido por unos intereses financieros de entorno al 7 por ciento de los cerca de 1.000 millones de deuda, lo que suponen alrededor de 70 millones por ejercicio.
Junto a ello, la aerolínea de Globalia debe afrontar de modo gradual los vencimientos de deuda tanto con bancos como sobre todo con el Estado después de que la SEPI la rescatase con un préstamos público una vez las entidades le cerraron el grifo del crédito.
Este escenario complica que los dos únicos candidatos posibles junto a IAG a comprar la aerolínea como serían Air France-KLM y Lufthansa pudieran apreciar que les compensa una adquisición y convencer a sus accionistas bursátiles de que puede tener tanto sentido estratégico como el que es más evidente para Iberia.
Air Europa, no obstante, tiene en sus 25 Boeing 787 Dreamliner una de las claves para sobrevivir, aunque este modelo les represente dos caras (Air Europa: la cara y cruz para sobrevivir sin Iberia sin sus 787).
En el lado positivo, conseguir en poco tiempo 25 aviones de larga distancia para cualquier aerolínea venía suponiendo hasta hace poco un atractivo, aunque ahora este interés puede haberse frenado.
El debilitamiento de la demanda en zonas como Asia ha llevado a que gigantes bursátiles europeos como Lufthansa se hayan desplomado en Bolsa tras anunciar una rebaja en su previsión de beneficios.
Además, y en su cara menos favorable, el modelo de larga distancia del fabricante estadounidense viene convirtiéndose el más problemático de su segmento, a causa de los múltiples problemas con sus motores, como viene recogiendo REPORTUR.us.
De hecho, la propia Air Europa está viendo muy afectada por las revisiones y reparaciones de estos motores en prácticamente la totalidad de su flota del citado modelo, lo cual desincentiva el interés de posibles candidatos por el que podría ser su principal activo.
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