En un giro significativo con respecto a sus políticas de inmigración actuales, el gobierno portugués ha anunciado planes para reformar su sistema de visas, exigiendo visas de trabajo para la mayoría de los extranjeros que deseen vivir y trabajar dentro del país.
Esto marca una desviación de la política existente, según la cual los extranjeros podían convertir sus visas de turista en permisos de residencia al conseguir un empleo en Portugal.
El catalizador de este cambio proviene de un fuerte aumento en el número de residentes extranjeros, que aumentó un 33% en 2023, alcanzando un récord de un millón de personas, aproximadamente el 10% de la población total de Portugal.
Este aumento demográfico ha llevado al gobierno a reconsiderar su marco de inmigración para garantizar procesos de entrada más regulados y manejables.
Según la nueva estrategia, las personas que deseen trabajar en Portugal deben obtener una visa de trabajo en un consulado portugués antes de poner un pie en el país. Este requisito tiene como objetivo agilizar la entrada de trabajadores extranjeros y alinear sus habilidades con las necesidades económicas de la nación.
Además, el gobierno está dispuesto a reforzar los controles fronterizos y establecer un grupo de trabajo especializado dedicado a abordar la acumulación de más de 400,000 solicitudes de visa pendientes.
También se prevé inversiones en centros diseñados para satisfacer las necesidades urgentes de los migrantes que se encuentran en condiciones de vida difíciles.
Expreso
No hay comentarios:
Publicar un comentario